Capítulo 12 Natalie: Eres la luz...

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Sam me besaba como si nunca lo hubiese hecho, y estaba feliz por ello. Porque al fin después de tanto tiempo pude sentir sus labios contra los míos moviéndose calurosamente, sin que nadie o nada nos interrumpiera, estábamos completamente solos...puse mis manos en su cabello azabache y tironeé de él con furor mientras apretaba aún más mi boca con la de Sam. Su húmeda y cálida lengua entró a mi boca jugueteando con la mía…Dios…esto era más que exquisito. Nada que ver con los besos de Luke o de Chimerius; Sam era único en todo y me sentía mal por haber negado que lo amaba cuando estaba con el enemigo. Maldito Luke. Pero ahora era yo misma y sabía perfectamente quien era mi amor. Era Sam. El idiota, maldito y sexy Sam; el Oscuro más irresistible de todo Alsthom y del mundo. Oscuro y humano.

Las manos de Sam dejaron mi cabello y fue directamente a mi cintura; salté a su cuerpo, entrelazando mis piernas alrededor de la delgada pelvis de Sam y éste gimió en mi boca. Sus pies se movieron y bruscamente me topó contra la pared de la habitación apretujándome con su acalorado cuerpo; jamás me había sentido de esta forma…mi estómago vibraba y más debajo de él también. Sam giró y chocamos contra un mueble lo suficientemente alto para sentarme en él, apoyándome para que Sam siguiera besándome con furor. Sus manos tomaron las mías y las aplastó contra el muro por encima de mi cabeza mientras mordisqueaba mi labio inferior, su boca se movió a otro sitio más sensible: mi cuello. 

Cuando comenzó a besar esa zona mi espalda se arqueó y unas extrañas cosquillas se sintieron entre mis piernas…gemí ante la sensación placentera de los labios de Sam sobre mi delicada piel del cuello. Aparté violentamente las manos de Sam sobre las mías y bruscamente arranqué su camiseta haciendo volar los botones por todos lados; excitada como estaba contemplé el abdomen de Sam…por todos los ángeles pervertidos, era precioso. Como por obra de magia el estómago de Sam se había vuelto plano como era antes de mi secuestro, como si toda esa panza que había logrado por comer tanto y sin hacer nada se hubiera esfumado. No importaba, lo agarré por los hombros atrayéndolo hacia mí para besarlo más apasionadamente. 

Sam hizo exactamente lo mismo conmigo, mientras nos besábamos tironeó de mi remera para rompérmela, pero las manos les temblaba y no pudo con ella, así que nos detuvimos para que él pudiera quitármela correctamente y aprovechamos ese pequeño tiempo para recuperar el aliento. Sus pupilas estaban extremadamente dilatadas, y suponía que las mías también. Él sonrió abiertamente antes de volver a la acción.

Me levantó ubicándome en sus caderas y me dejó en su cama, lentamente me quitó la calza tirándola al otro lado de la habitación y me observó con una sonrisa. Ahora solamente estaba en ropa interior. Sentí el rubor en mis mejillas calientes y me dispuse a quitarle su pantalón, primero desatando el cinto y luego desbotonándole para luego quitárselo por completo hasta quedar en bóxer; se veía tan sexy…el elástico del bóxer se aferraba a la delgada cintura varonil y debajo había un bulto…

Sam se arrojó hacia mí para besarme nuevamente, ya me dolían los labios pero me encantaba que me besara de esa manera…ya me estaba perdiendo…estaba por perder el control. Estaba preparada, esta vez lo estaba y lo quería dentro de mí. Lo quería a él. Sus manos acariciaron mi espalda mientras que las mías hacían lo mismo con su fuerte abdomen, desprendió mi sostén y me desasí de él rápidamente; las yemas de los dedos de Sam rozaron mis pechos y solté un gemido, en mi entre pierna se movía algo y mi estómago también, estaba por perderme…sus labios besaron mi cuello y mis pechos…Sam desgarró mi braga quedándome completamente desnuda ante él, su lengua volvió a mi boca saboreándome una vez más.

Mientras nos besábamos él estiró un brazo hacia la mesita de luz y sacó un paquetito de aluminio cuadrado, dejó de besarme y me miró a los ojos.

- ¿Quieres que continuemos? –jadeó Sam con las pupilas dilatadas del deseo. Asentí mientras trataba de recuperar mi aliento, aunque me costaba por la increíble vista que tenía de él desnudo frente mío. Él sonrió y abrió el preservativo, cerré los ojos pensando en que todo estaba bien…con él todo estaba bien- Te amo, Nut.

Pesadillas Reales La Eternidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora