Capítulo 9

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Un olor dulce me despierta la mañana siguiente. Abro tentativamente mi ojo izquierdo y veo el origen del aroma, hay una rosa roja en el lugar donde debería estar la cabeza del rey. Estoy sola en la cama con solo la rosa como recuerdo de su presencia, pero hay más, una nota, esta atada en forma de pequeño pergamino al tallo con un cordel negro.

Tomo la rosa y ansiosa desato la nota. En perfecta caligrafía se lee:

Sonrío mientras aspiro el aroma de la rosa, pero no puedo deleitarme por mucho tiempo ya que de pronto alguien golpea la puerta y la cabellera roja de Tieze entra a la habitación

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Sonrío mientras aspiro el aroma de la rosa, pero no puedo deleitarme por mucho tiempo ya que de pronto alguien golpea la puerta y la cabellera roja de Tieze entra a la habitación.

—Lo siento, ¿te desperté?— pregunta.

Niego, me cubro con una bata y me pongo de pie —No te he visto últimamente —digo asegurando el cordón de mi bata.

—Si lo siento por eso, debí estar aquí cuando el rey vino para decirte que debías ir a recibirle, pero estaba en cama sintiéndome horriblemente mal —dice lamentándose.

—¡Por Stacia! ¿Estas bien? —corro y tomo su mano entre las mías angustiada.

—Si, no te preocupes, sólo un tonto resfriado. Realmente lo siento Asuna debí estar allí para ti—

Niego —No importa, fue mi culpa por no preocuparme en aprender a ser una buena reina —digo sincera, ya que no es justo que ella esté todo el día a mi lado diciendo que debo hacer y que no, no es su responsabilidad, ella tiene sus propias obligaciones que cumplir, fue mi error.

Sus manos se aferran a las mías, en un acto maternal que me tranquiliza —Todo esto es nuevo para ti, no te sientas mal. Mejorara con el tiempo —

Suspiro —Eso espero —

Las puertas se abren de par en par segundos después y Alice entra.

—Su majestad, me alegro que estés despierta tenemos mucho que hacer  —luego mira a Tieze, eleva una ceja y dice —yo me ocuparé de la reina y su rutina diaria de ahora en adelante —

Tieze frunce el ceño y me observa. Hago una mueca. —Es verdad — aunque no sabía que comenzaríamos tan pronto, apenas ayer le dije a Kirito que le daría una oportunidad, supongo que fue él quien se lo comunicó a Alice.

—Oh, Eugeo me dijo algo al respecto pero no sabía que habías aceptado—

Antes de que pueda contestarle Alice se me adelanta —no importa, ahora ya lo sabes —ella aplaude una vez y dos chicas entran a la habitación —ellas serán tus damas a partir de este momento, es increíble que no hayas elegido a nadie, llevas aquí ¿cuanto? ¿un mes? ¿Dos? ¿Y aun no te adaptas? —

—No puedes elegir a sus damas por ella —dice Tieze observando a las dos chicas con el ceño fruncido y brazos cruzados.
Cuando mi mirada se dirige a las dos chicas entiendo porqué. A una de ellas la conozco, es la chica que intentó besar a Kirito en el jardín el otro día. A la otra, es la primera vez que la veo.

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