Ha pasado un mes desde la ultima vez que vi a Kazuto, Eugeo me dijo que tuvo que viajar a uno de los pueblos cercanos a la frontera, a resolver algo urgente, pero no me dijo que era eso tan urgente que le hizo marcharse sin decirme que viajaría antes de irse, algo que nunca había hecho.
Es extraño, pero a pesar de que Eugeo es quien me comunica todo lo que pasa en el castillo, casi no lo he visto, solo aparece de vez en cuando a reportar algo y luego desaparece, pero Tieze me ha dicho que todo esta bien, y que el capitán ha estado muy ocupado resolviendo algunos asuntos pendientes, que no debo preocuparme por nada mas que mi salud y la del bebé. La noticia de mi embarazo se ha esparcido muy rápidamente, todos en el castillo parecen felices de que pronto habrá un heredero de sangre real al trono de Underworld.
Y aunque ha sido un mes bastante tranquilo, he tenido que volver a tomar el lugar de mi esposo. Tuve que escuchar las quejas del pueblo el día de la audiencia. Fue todo un reto para mi ya que esta vez el rey no estaba conmigo y fui yo quien tomó las decisiones en su lugar.
Ese día, entré al Gran Salón, me senté en el trono y la guardia comenzó a organizar la línea de vacilantes súbditos, quienes lucían tan dudosos al verme a mi en lugar de Kazuto, como yo me sentía.
Uno a uno, las personas se acercaron, rápidamente declararon su caso o petición y según lo que fuera, una sentencia fue dictada.
Escuché más lo que no estaban diciendo, viendo su comportamiento, sus gestos, el tono de voz, la forma en la que hablaban y hacia donde miraban sus ojos, que lo que decían sus bocas, justo como había visto al rey hacer durante estos acontecimientos. Estaba aterrorizada de que pudiera tomar una mala decisión, pero al final no fue tan malo.
Gané más confianza a medida que el día avanzó, confiando casi completamente en mi habilidad para ver mas allá de lo que salía de sus bocas. Cuando estaba insegura, le pedía a Fanatio quien estuvo conmigo durante todo el tiempo que duraron las audiencias, que me guiara, y ella hacía alguna sugerencia.
Pero eso sucedió cada vez menos, a medida que el día continuó.Cuando la última sentencia fue dada, era ya casi el final del día. Me sentía agotada, pero al mismo tiempo estaba feliz, porqué se que hice un buen trabajo, es por eso que hoy, cuando de nuevo es día de audiencia, no me siento nerviosa como aquella primera vez. Ésta vez hago mi entrada con la espalda recta y mi frente en alto.
Saludo a la línea que ya se ha formado con una inclinación de mi cabeza y un movimiento de mi muñeca, haciéndole señas a los primeros súbditos para que se acerquen.
Los guardias mantienen las cosas moviéndose de manera ordenada y con las medidas de seguridad, entre aquellos que se iban de la audiencia infelices, contentos, o encadenados, y yo.
Mientras el día avanza los juicios y peticiones continúan uno tras otro, y es en ese momento, cuando estoy a punto de dar una sentencia que algo altera el ambiente.
De pronto, un murmullo se extiende a través de la multitud y un grito se escucha.
Los guardias inmediatamente se mueven frente a mí, preocupados porque una riña se pueda provocar en la línea o por si alguien se quiera poner violento. Pero no es lo que pasa.Escucho su nombre levantándose de entre la multitud.
»Rey Kazuto...
...Rey Kazuto».Me levanto, desesperada por ver más allá de la guardia que ha cerrado filas frente a mi trono.
-Apártense. ¡Retrocedan! -ordena la voz de Eugeo de entre la multitud.
Me estiro para alcanzar a ver por encima de la pared de protección a mi alrededor.
Entonces escucho su nombre de nuevo, pronunciado con euforia y siendo bienvenido por los hombres que estan entre nosotros.
-¡El rey regresó! ¡El rey Kazuto está de vuelta! -
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Dark King
Fantasy-s-supongo que iremos por caminos separados ahora- le digo, realmente no creo que vaya a cumplir con lo que dijo pero gracias a él soy libre ahora así que no es algo malo tampoco. Él me observa como si estuviera demente. - ¿de que estas hablando?, n...