Kazuto POV.
El cuervo que creé con magia, el centinela que envíe para proteger a Asuna nunca regresó conmigo, ni me envió ninguna señal de alarma mientras Quinella habló con la reina, lo que me dio tranquilidad, Asuna está a salvo y la sacerdotisa resultó ser de confianza, pero lo que no esperaba fue la noticia que mi esposa me dio. Está embarazada, ¡mi esposa está embarazada!. Conseguí lo que quería, mi heredero viene en camino, pero ahora estoy mas preocupado que antes, esto lo cambia todo. Por eso, necesito respuestas.
Me pongo una capa negra antes de salir del palacio y luego camino a un ritmo constante en la oscuridad de la noche, con la luna a mi espalda. Subo por la colina que lleva hacia la catedral. Ajusto la correa que ata mi espada a mi cinturón para que me de mejor acceso a ella por si llegara a nesecitarla. Es media noche y no hay personas rondando las calles, pero es bueno ser precavido.
La sacerdotisa me espera en la entrada de la iglesia, vestida de blanco y purpura. Parece una aparición mas que una persona. Decidimos reunirnos aquí y no en el castillo para mantener nuestra conversación en secreto.
Cuando me ve llegar, se acerca y me saluda.
—mi rey —dice, recibiéndome con una reverencia mientras me deja entrar a la catedral.—dejemos las formalidades, háblame con confianza. — la veo sin quitar de mi la capa que cubre mi rostro.
Asiente. —sígueme entonces, para que podamos hablar tranquilos. —
La acompaño en silencio mientras me guía a una habitación enorme llena de libros, lámparas y muebles. Lo que asumo es una biblioteca.
—¿quieres beber algo?— pregunta mientras me encuentro observando lo que me rodea.
—no, prefiero que vayamos al grano. —me siento en uno de los sillones con una pierna cruzada sobre la otra. — Tu sabías que pasaba algo con Asuna y por eso me pediste verla ¿cierto?—
—así es.— Quinella se sienta frente a mi con las manos sobre su regazo.
—¿Por qué el medico no encontró nada, pero tu si?— ladeo mi cabeza esperando su excusa.
—¿aun desconfías de mi?—pregunta con una sonrisa presumida. —hieres mis sentimientos.—
Ruedo mis ojos. —es solo precaución.—
Chasquea su lengua. —el doctor no supo que estaba embarazada porqué en el momento en el que atendió a la reina, ella aún no estaba en cinta, la vida en su interior es aun muy joven, un par de semanas quizás. —
Ocurrió después de mi viaje entonces.
—¿que hay de los síntomas extraños que ha tenido, no son debido al bebé?—
La sacerdotisa aparta la mirada y parece dudar antes de decir: —e-el diagnóstico del medico fue correcto, la reina ha pasado por mucho estrés algo que es importante cambiar, ella debe estar tranquila ahora mas que nunca. Pero no fue por el niño, como te dije antes, ella no tiene mas que un par de semanas de gestación. —
—entiendo.—
Siento que hay algo que me oculta, parece demasiado nerviosa como para que eso sea todo.
Me inclino hacia adelante acercando mi cuerpo al de ella.
—¿debería saber algo mas? No me mientas. —digo observándola con dureza.
Vacila, juega con sus manos pero al final parece rendirse.
—si, hay algo mas.— sus ojos se clavan en los míos. — tus ataques de oscuridad, debes mantenerte alejado de ella cuando ocurran. —

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Dark King
Fantasy-s-supongo que iremos por caminos separados ahora- le digo, realmente no creo que vaya a cumplir con lo que dijo pero gracias a él soy libre ahora así que no es algo malo tampoco. Él me observa como si estuviera demente. - ¿de que estas hablando?, n...