Miro hacia abajo desde el balcón de la habitación que compartía con mi esposa, ahora es solo mi habitación. Demasiado grande, oscura y… Vacía.
Me pregunto, ¿Cuánto tiempo estaré inconsciente si salto desde aquí? No voy a morir, gracias al mago ya no puedo, pero al menos me noqueara por un tiempo, espero que sea un tiempo largo.
La puerta a mi espalda de abre de pronto, justo cuando iba a subir al barandal para saltar; Genial, mas visitas indeseadas, ya me cuesta bastante trabajo soportar a Eugeo y ahora debo escuchar a alguien mas.
Se que estoy siendo injusto con el capitán, pero estoy molesto con él, si me hubiera matado como se lo pedí, todo habría acabado distinto, pero aqui estamos contando una historia diferente.No puedo esperar a ver de quien se trata esta vez. A quién mas debo enviar a prisión.
—Rey Kazuto—
Fantástico, la sacerdotisa hace su aparición, la persona a la que menos quiero ver.
—ha pasado tiempo, hay al..
—he dicho que no quiero ver a nadie, ¿Por qué nadie me escucha? — la interrumpo y después termino murmurando para mi mismo: —guardias incompetentes, de que sirve tener soldados frente a mi puerta si dejan que cualquiera entre sin mi permiso.— Nunca hacen nada bien.
—me disculpo, pero creo que ya es hora de que conozca a su hijo.—
Un escalofrío me recorre la espalda y una punzada dolorosa aprieta pecho. No, no es tiempo aún, creo que nunca será buen momento para eso.
—llévatelo.— mi respuesta sale mas fría de lo que realmente pretendía pero aun así no sirve de nada y ella sigue insistiendo.
—necesita de ti.—
Cierro los ojos con fuerza, me niego a darme la vuelta y verlo. —no, no es verdad. Esta mejor sin mi. Destruyo todo lo que toco. No me necesita…
No lo merezco.—
¿Cómo podría? Yo debería estar muerto, no Asuna. ¿Cómo podría ver a mi hijo y decirle que es mi culpa que su madre muriera, que yo se la quité?—Majestad no diga cosas que desp…
—¡Quinella! dije que no lo quiero aquí. Llévatelo… por favor.— ¿por que no entiende que no quiero verlo?
De forma molesta y con reproche casi gritando dice: —¿ni siquiera tienes curiosidad por saber como se ve? ¿a quien se parece?—
Eso es exactamente lo que sucede, tengo miedo de que se parezca demasiado a mi que ni siquiera pueda ver a Asuna en él, pero me aterra mas que se parezca a ella y no pueda soportarlo; el que me recuerde a ella y el como la perdí es demasiado para mi, así que no digo nada esperando que mi silencio sea suficiente respuesta.
—el no tiene la culpa.—
¡Ya lo se maldición, ya lo se! quiero gritarlo una y otra vez, se que el único culpable aquí soy yo, pero saberlo de que me sirve, no puedo traerla de regreso, así que me quedo callado.
—Majestad…
—¡Quinella! —bruscamente la interrumpo, ya no quiero escuchar mas. — dije, que no lo quiero aquí… Llévatelo. Por favor. —
Pero ella insiste.
—no puedes hacerle esto, no es culpable de nada.—Así que volvemos a lo que todos ya saben, supongo que quiere escuchármelo decir, esta bien, le daré lo que quiere pero no saldrá librada, después de todo ella también tiene culpa en esto.
—no, pero yo si, todo fue mi culpa y tuya también, tu eres culpable por haber callado, si me hubieras dicho desde el principio que era lo que Asuna realmente hacía cuando me sanaba, podría haberlo evitado, pero te callaste, no dijiste nada y ahora ya es tarde.—
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Dark King
Fantasía-s-supongo que iremos por caminos separados ahora- le digo, realmente no creo que vaya a cumplir con lo que dijo pero gracias a él soy libre ahora así que no es algo malo tampoco. Él me observa como si estuviera demente. - ¿de que estas hablando?, n...