capítulo 6

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Mi cabeza duele y mi espalda quema por mantener mi columna recta para evitar que mi corona caiga.

—¿te encuentras bien?— pregunta Kirito a mi lado en la mesa del banquete.

—sólo algo cansada—

Toma mi mano—he querido preguntarte algo pero no sabía como ya que me siento algo culpable—

Ladeo mi rostro. —¿umm?—

— tus heridas— continúa— las de la ultima vez en casa del Marqués, ¿aun estas lastimada?—

Estoy sorprendida y conmovida, no creí que le importara o que siquiera lo recordara.

Le sonrío—estoy bien, el aceite de lavanda ayudó —

El asiente mientras lleva mi mano a su boca donde deposita un dulce beso —me alegro que funcionará. Nadie, nunca mas, te hará daño de nuevo, eso te lo prometo —

Sonrojada le sonrío —gracias—

No hablamos mas después de eso pero su mano no deja la mia, sus dedos se entrelazan con los mios y eso me da la fuerza que nesecito, de pronto ya no me siento como si no pertenecía ahi, a su lado, sino todo lo contrario.

Cuando el banquete de bodas termina y a las mujeres se les permite retirarse, el rey besa mi mano una vez mas y me deja ir.

Subo por la escalera sinuosa con una pequeña sonrisa en mi rostro, una doncella aparece detrás de mí y detiene la cola de mi vestido en sus brazos.
Tieze nos intersepta y toma la tarea de la chica con una sonrisa —yo lo haré— le dice, la chica asiente de mala gana y se retira. Tieze la observa hasta que desaparece. Eso me parece raro pero estoy muy cansada para preocuparme.

Llegamos a la habitación que desde ahora compartiré con el rey.

Tieze me da una sonrisa tímida mientras cuidadosamente quita mi corona y las joyas de mi cabello y lo cepilla con movimientos suaves mientras mi cuello se dobla con cansado alivio.
En silencio lava mi cuerpo aunque iré a la cama. Me quedo dormida con mi cabeza contra el borde de la bañera de hierro, pero me despierto cuando Tieze me insta a salir, secando mi cuerpo mientras me balanceo y tambaleo por el sueño. Frota aceite en mi cuerpo, el olor a manzanas inunda el aire y mi piel.

Tieze me ayuda a ponerme un camisón blanco de seda tan fina como un susurro que se siente como una caricia y por ultimo me subo a la cama, tan cansada que sólo puedo sonreírle con gratitud, aliviada porque el día ha llegado a su fin.

Ella aviva el fuego, aunque la habitación esta bastante caliente y no me molesto en meterme bajo las mantas.

—él vendrá pronto —dice Tieze —será mejor que me vaya, que tengas una hermosa noche—

—¡espera!— ella se detiene dándome una mirada confundida. —esto, yo... Mis mejillas se sienten tan calientes. ¡No como decir esto! Tieze ríe —¿estas preocupada por lo que viene ahora?—

Asiento —t-tu estas casada y pensé... E-es sólo que...

—tranquila Asuna, el rey no hará nada que no quieras, es un buen hombre, él no te obligará a nada, sino estas lista sólo tienes que decirle, él entenderá —

Él puede que lo haga, pero no soy estupida se que a la mañana siguiente vendrán por las sabanas y si la prueba no esta en ellas habrá una acusación mas a la lista del porque no soy buena para el reino y después de lo que pasó con el consejo estoy segura que lo usarán en mi contra, hasta podrían decir que no soy pura. Pero tengo miedo, nunca he estado con nadie, he sido besada antes pero nunca nada mas.

—estarás bien, eres la reina ahora, recuerda eso ¿esta bien?—

Asiento —descansa—me sonríe y luego se retira.

Dark KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora