Capítulo 22

498 47 14
                                    

El silencio es inquitante, siempre que hay silencio a mi alrededor mi mente me tortura, me recuerda todo lo que he hecho mal. Me repito una y otra vez que debo concentrarme, esto es importante no puedo perder la cabeza, nesecito enfocarme en lo que esta por venir, Vector no es confiable, debo estar alerta. Pero mis ojos no dejan de perderse en el basto infinito sobre mi cabeza.

Mis ojos escudriñan la oscuridad del cielo nocturno decepcionado de no encontrar lo que quiero ver.

Esta noche no hay estrellas, no me gusta ver el cielo nocturno sin estrellas, me da nostalgia, me hace recordar la soledad que siempre ha habido en mi vida, o al menos era así hasta que conocí a Asuna, mi vida ha sido mejor después de conocerla, pero yo no he sido bueno con ella, le he fallado demasiadas veces. Merezco la soledad, merezco sentirme solo al igual que este cielo sin estrellas.

—¿crees que de verdad venga?— Eugeo, quien monta en un  caballo blanco a mi lado pregunta, arrugando su frente en un gesto de preocupación.

Estamos esperando por Vector en medio de la nada, por eso estoy intranquilo. Aunque este lugar sea un punto situado entre el Dark Territory y el reino humano, un lugar neutral donde se espera que nadie ataque, no podemos confiarnos. Dije que me reuniria con El Emperador solo, pero no pude cumplir con ese acuerdo, no es seguro y aún si hubiera querido venir solo, el capitán no me lo hubiera permitido.

Me encojo de hombros.—dijo que vendría. —

Eugeo suspira. —¿estas seguro de esto?—

Giro mi cabeza en su dirección apartando mi atención del cielo sin estrellas. —se que tal vez estoy cometiendo un error, pero llegados a este punto, ya no me importa arriesgarme un poco.—

Eugeo me mira por mucho tiempo, pero no dice nada.
De pronto, uno de mis cuervos de exploración que envíe en cuanto llegamos, regresa. Se para en mi antebrazo y me muestra una imagen mental.

Un jinete se acerca. Viene montado sobre un semental tan negro como la oscuridad de la noche, corriendo de prisa, levantando polvo y piedras mientras avanza como si su vida dependiera de ello.

Alejo la imagen y el cuervo se desvanece convirtiéndose en humo negro.

—ya viene — murmuro. —mantente alerta. —

El capitán asiente. Y sin perder tiempo, baja del caballo y se agacha posando su mano derecha sobre el suelo. Una luz azul brilla en la tierra cuando activa un hechizo de detección de peligro en toda el área cercana. Si hay mas hombres con Vector o ésta reunión se convierte en una trampa para nosotros, el hechizo se activará creando un escudo a nuestro alrededor, lo suficientemente resistente como para darnos algo de tiempo para defendernos o escapar sin que nuestros enemigos lo noten.

—todo listo.— dice el rubio terminando con la magia. El brillo en sus ojos desaparece ocultando el poder mágico en su interior mientras se pone de pie y monta de nuevo su corcel.

Asiento en respuesta. —bien.—

Pronto, el jinete aparece en nuestro campo de visión.

Vector, no es lo que esperaba. A diferencia de lo que mi mente proyectaba sobre la apariencia de como creí que se vería un dios, él se ve bastante humano. Piel blanca, cabello rubio peinado hacia atras, por lo que puedo apreciar, presumo que es bastante alto, unos seis pies mas o menos; lleva ropa negra sencilla, una espada atada a su cintura y una corana negra que resalta sobre su cabello rubio. Pero a diferencia de un humano, su aura es de alguien diferente, alguien que no esta acostumbrado a perder, alguien arrogante y seguro de si mismo, además del aire de superioridad y elegancia con la cual se mueve. No cabe duda que es un emperador, un líder en toda regla. Pero… Yo también lo soy y él no me asusta.

Dark KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora