Capítulo 12

1.3K 94 43
                                        

—¿entonces es normal sentirme tan mal?— le pregunto al sanador real, un anciano de cabello y barba blanca con una sonrisa cálida en su rostro. Él es amable y le tiene cariño al rey así que confío en sus palabras.

—es normal —contesta alejando sus manos de mi vientre donde estaba usando su magia para revisarme. —te estuvieron envenenando en cantidades pequeñas y si a eso le sumamos la mala alimentación que has tenido debido a esa dieta rigurosa, bueno, tu cuerpo necesita recuperarse. Debes descansar y comer bien.—

—entiendo—asiento, aunque los dolores musculares, fatiga y debilidad los he sentido desde mucho antes que Alice apareciera pero ya que son soportables no les he prestado atención.

—debo comunicárselo al rey también— continua el sanador —Es bien sabido que quiere un heredero pero debe dejarte descansar.—

Sus palabras hacen que mis mejillas ardan pero no hacen nada para detener al sanador. —y ahora que es probable que ya no puedas darle hijos él se obsesionara con la idea de probar lo contrario. Me preocupa que no descanses. Sé que dije que no era imposible pero aún así no deben obsesionarse, si esta destinado a ser, pasará — sonríe con calidez.

Se que no lo dice con mala intención pero no puedo evitar sentirme mal. Aparto mi mirada murmurando. —tengo mi periodo, el rey no buscará mi compañía por varios días —

—¿oh, es así?— se sienta frente a un escritorio y se  coloca un para de gafas, apunta algo en un pergamino. —¿tus ciclos son normales? ¿Has presentado alguna anomalía después de beber ese brebaje?—pregunta sin apartar la vista de sus notas.

Me siento frente a él. —nunca he sido regular pero esta vez si siente algo diferente —

Asiente anotando lo que dije. —¿tienes cólicos?—

—si, mas fuertes de lo usual — Normalmente no tengo mucha incomodidad durante mi periodo pero esta vez es muy molesto, doloroso y abundante, es por eso que Tieze me dijo que debía venir y contárselo al sanador.

Aparta el pergamino enrollándolo y acomodándolo en un estante junto a un puñado de mas pergaminos con el nombre de Kazuto bajo ellos.

—no hay mucho que mi magia pueda hacer en esta situación, en especial si el daño ya esta hecho, pero siempre podemos recurrir a los métodos normales; descanso, buena alimentación y algo de manzanilla para los cólicos. Según como sigas veremos que tratamiento será el mas indicado para ti. Daré las instrucciones a la cocina. —

—suena bien— suspiro—gracias por todo.— me pongo de pie lista par irme.

—¿majestad? — me detiene el anciano antes que cruce el umbral.— ¿podría hablar con usted por un momento?—

Su tono es serio casi preocupado. ¿Hay algo mas que no me haya dicho? ¿Algo malo? Despacio, regreso a mi asiento frente a él y asiento para que hable.

—Gracias— dice con ojos amables acomodándose  mejor frente a su escritorio.

—Nuestros soldados están siendo heridos en la guerra como bien sabe— dice con calma. —hijos, padres, hermanos, amigos. Todos pelean valientemente Para protegernos… Mi hijo es uno de esos soldados… Cruza sus manos sobre su escritorio, una sombra de terror cruza su rostro. —recientemente, mi hijo fue herido de gravedad, a diferencia de mi él no posee magia y esta… Muriendo.— su voz tiembla.

—Por Stacia— murmuro con ojos abiertos. Cuando dijo querer hablar pensé que se trataba de mi y me sentí inquieta, pero esto es mucho peor.

—como usted sabrá— continua — no existen muchos sanadores y en donde se encuentra mi hijo no hay  ninguno… Es por eso que le pedí al rey que me permitiera ir a sanar a mi hijo y también a ayudar a todos lo que lo necesitan. Pero el rey se encuentra muy preocupado por usted y no le agrada la idea de dejarme ir por si usted llegara a necesitar de mis servicios—  me observa esperando algo que al principio no capto hasta que medito lo que dijo y entiendo que quiere mi ayuda.

Dark KingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora