Kazuto POV.
—Sabes, tu felicidad me es un poco molesta. ¿podrías dejar de sonreír?— le digo a Eugeo viéndolo por encima del pergamino en mis manos.
Él ríe. —lo siento, de verdad no puedo evitarlo.—
Ruedo mis ojos. —quien diría que ser papá te ablandaría tanto. —
Quinella quien esta sentada a mi lado en el salón de guerra ríe. —el capitán siempre ha sido blando, me sorprende que sea buen caballero, su mejor excusa es la cantidad de poder que posee. —
Río mientras mi amigo se molesta.
—si, búrlense pero ya les llegará su momento y tú Kazuto — me señala.— cuando lo experimentes, lo sabrás y ya veremos si dejas de sonreír.—
Suspiro. —si es que algún día lo experimento. —
—si, sobre eso ¿no serás tú el del problema? —dice, con voz de burla.
Lo observo serio sin contestar. Él continúa como si nada. —Podrías ser tú el que tiene un problema y no Asuna, tal vez es que eres…
—Cállate Eugeo.— digo, golpeando la parte trasera de su cabeza.
—¡ay no seas imbécil!— se queja.
—tu no seas imbécil, deja de decir tonterías.—
Rueda sus ojos. —sólo digo que es raro, desde que te conozco siempre ha habido chicas a tu alrededor pero ninguna nunca dijo nada sobre llevar a tu hijo en su vientre, y bueno no es como que nunca hubieras tocado a ni…
—cállate, solo cállate o en serio dejaré a Tieze viuda. —
—me callo entonces. — murmura metiendo su cara en los documentos.
Imbécil pienso, siempre he sido cuidadoso, nunca quise un hijo fuera del matrimonio para que luego lo llamaran bastardo. Resoplo ¿quien cree que soy?
De pronto, siento una mirada fija en mi. —no soy estéril, un sanador lo comprobó hace mucho. Así que deja de verme. — le digo a Quinella molesto.—¡no es eso!— se excusa, mientras Eugeo ríe disimuladamente.
»se hizo una prueba.« escucho que murmura, pero antes de poder decirle algo, Quinella habla haciendo que mi atención se mantenga en ella, por suerte para Eugeo.— es sólo que… Te vez diferente. Cuando te conocí, la oscuridad había hecho su camino muy dentro de ti, estabas a punto de perder el control, pero ahora te vez… Liviano, como si parte de tu oscuridad se hubiera ido.—dice, algo...¿Preocupada?
La observo ladeando mi cabeza. —Me siento mejor ahora tienes razón.—Sonrío. Su mirada calculadora no me abandona poniéndome nervioso, me hace pensar que he hecho algo mal. —¿que hay sobre eso que te pedí que hicieras antes de irme?.— digo, cambiando de tema. Eso la hace apartar la mirada y concentrase en algo diferente.
—Todo resuelto.—contesta. —no queda nadie del antiguo consejo, ya no estas limitado y puedes tomar decisiones sin que temas lo que pueda pasar. —
Asiento. —gracias. Escuché que Asuna no tuvo ningún problema durante mi ausencia. Por fin puedo estar en paz sin temer que alguien de mi propio consejo quiera asesinar a mi reina.—
—todos somos fieles a ti Majestad. Te lo dije desde el principio, tu me ayudas y yo te ayudo.—
Si, ella dijo eso desde el principio y tal parece que era real.
Inclino mi cabeza en reconocimiento.
—Ahora, pasemos a asuntos mas importantes.
Vector y su ejército esta cada vez mas cerca de nosotros, nos superan en numero y ahora que los rebeldes se unieron a él, tiene información sobre todo el reino, como llegar, nuestros puntos débiles, todo. Han aterrorizado a los pueblos cercanos a la frontera y muchos soldados de mi ejército han desertado. Si no hacemos algo rápido llegarán aquí y nos atacarán.—
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Dark King
Fantasy-s-supongo que iremos por caminos separados ahora- le digo, realmente no creo que vaya a cumplir con lo que dijo pero gracias a él soy libre ahora así que no es algo malo tampoco. Él me observa como si estuviera demente. - ¿de que estas hablando?, n...