Hoy es el segundo día de visita del Rey y todo debe estar impecable y sin errores.
Me han asignado todo tipo de tareas de limpieza, incluso aquella que no es mi responsabilidad. Estoy cansada pero no digo nada, me mantengo en silencio y hago lo que me dicen como todo sirviente debe hacer. Después de todo ese es mi lugar, no soy mas que una sirvienta, una mas de tantas en esta casa.
Me encuentro limpiando el estudio del señor Zuberg cuando alguien entra de improvisto interrumpiéndome. Me doy la vuelta curiosa por ver a mi invitado. Me quedo de piedra cuando veo al caballero de la noche de la tormenta. Está frente a mí, pero esta vez está perfectamente sano y su ropa es inquietantemente elegante y fina, parece más un noble que un caballero.
Él me observa con ojos de sorpresa que probablemente se asemejan a los míos.-Oh, así que aquí estabas- sonríe -no se porque no se me ocurrió.-
No contesto, aún no me creo que éste aquí, una parte de mi quería pensar que todo había sido un sueño provocado por el cansancio y la tormenta. Pero él está aquí frente a mí viéndose demasiado apuesto, demasiado real. Pero su presencia aquí confirma lo que siempre sospeché, él debe ser uno de los caballeros del Rey o un noble. Luego, caigo en cuenta de sus palabras.
-¿Estabas buscándome?- pregunto ladeando mi cabeza.
-Por supuesto que estaba buscándote, tengo una deuda contigo que debo pagar, salvaste mi vida esa noche ¿Recuerdas? -
Niego -no hice nada, además te ves bastante bien, así que debo suponer que no estabas tan malherido como aparentabas. -
Él se acerca unos pasos más a mí con su mano sobre su pecho -te debo mi vida y quiero compensarte.-
Me encojo de hombros y suspiro. -está bien Kirito-Kun, con saber que sigues vivo es suficiente. - al sonido de su nombre él da un respingo y luego sonríe, abre la boca como queriendo decir algo mas pero la puerta a su espalda se abre de pronto.
-¡Kazuto, te estuve buscando por todas partes, no desaparezcas así!- Lady Alice entra en la habitación y se cuelga del brazo del caballero, luego me ve de pie frente a ellos y su sonrisa se evapora, su mirada refleja el mismo odio que vi en ella cuando éramos niñas y ahora entiendo porque. El caballero me engañó, su nombre no es Kirito y no es un caballero ordinario, estoy frente a Kazuto el Star King, Rey de todo Underworld y prometido de Lady Alice.
Mi corazón se aprieta en mi pecho y un nudo se instala en mi garganta. Antes de que alguien más pueda decir algo hundo los hombros, bajo la cabeza y murmuro una disculpa mientras hago una reverencia y me escabullo fuera de la habitación a toda prisa.Una vez en el pasillo, dejo salir un jadeo. Siento mi corazón latir tan fuerte que es doloroso.
¡Es el Rey! Y yo lo traté con tanta confianza, podrían matarme sólo por atreverme a hablarle, y esa mirada en Alice, ella va a castigarme y estoy segura que será mucho peor que la última vez.
No puedo creer que estuve hablando con él como si nada y la otra noche lo llevé al establo, ¡Al Rey! Él pudo haber muerto y yo no fui por ayuda sino que lo dejé congelarse en el establo toda la noche. Con justa razón cuando desperté se había ido, fue por ayuda, ayuda que yo no le brindé correctamente y aun así ¿¡Cree deberme algo!? ¿Cómo podría siquiera pensar que está en deuda conmigo? Yo no hice nada. Ni siquiera lo reconocí, pero supongo que es entendible, la primera y última vez que lo vi, él era un niño ¡Cómo podría haber sabido esa noche que estaba hablando con el Rey!Un guardia pasa frente a mí y se pierde por el pasillo no sin darme antes una mirada oscura, soy una sirvienta y estoy perdiendo el tiempo en el pasillo después de todo. Respiro profundo tratando de calmarme.
Muy bien, basta ya Asuna, tienes que actuar normal, acepta tu castigo bien merecido y superalo, Alice se irá con el Rey, se casarán y no volverá a torturarte, sólo aguarda a que eso pase. Sí, solo debo esperar un poco más. Con eso en mente regreso a mis tareas, nerviosa e inquieta pero hago lo que tengo que hacer y espero, espero a que todo termine.
ESTÁS LEYENDO
Dark King
Fantasy-s-supongo que iremos por caminos separados ahora- le digo, realmente no creo que vaya a cumplir con lo que dijo pero gracias a él soy libre ahora así que no es algo malo tampoco. Él me observa como si estuviera demente. - ¿de que estas hablando?, n...