Secuestrada

209 11 9
                                    

Capítulo 19

Sabía que Javadd iba a sentirse mal al preguntar por el anillo que mi Bishoujo llevaba puesto en su dedo y escuchar la respuesta. Sentí un poco de malestar al imaginármelo. Si yo hubiese estado en su lugar... No sé, ni siquiera puedo describir con palabras como me habría sentido. Después de todo yo también había sufrido por amor, y no es un lecho de rosas el colchón donde te echás a contemplar toda tu miserable vida en esos momentos. Más bien es una cama de clavos, que te hace recordar cada momento obvio por lo cual te dejaron, o los instantes que pudiste haber hecho algo y aun así no lo hiciste. Y si... duele.

Después de discutir un poco más con Javadd, Franccesca me arrastró prácticamente a la cafetería de la clínica porque se "Moría de hambre"

Obviamente era para que no armemos una escena patética en el medio de la sala de espera. Al llegar me miró y suspiró.

-Sentate- Me dijo al verme parado frente a ella

La observé un poco y bajé la mirada sintiéndome un idiota por el escándalo formado.

-Vamos Sentate- Insistió esta vez en otro tono.

Obedecí de inmediato. Ella se sentiría frustrada por verme así. Creyendo que mis celos eran por su culpa y en parte lo eran.

-No quise ponerte incómoda- Cavilé en voz baja- No puedo evitarlo

-No te sientas mal. Solo que no estoy acostumbrada a verte así- Comenzó- No quisiera que Talu se enterase de esto y se sintiera mal. Por lo que pude notar, ella no quiere verlos pelear. Le tiene mucho aprecio a Javadd. Eso lo sé por la manera de hablar de él.

-Sí. Se quieren mucho- Resoplé

Ella rió brevemente.

-¿Ves? Te pones nervioso con solo pensarlo- Me acusó con su dedo índice- ¡Confiésalo!

Su expresión me hizo reír y levanté mi mano asintiendo

-Me declaro culpable- Dije y los dos soltamos una carcajada, ganándonos las miradas de unas cuantas personas de nuestro alrededor

-Sos único

-Lo sé- Murmuré-¿De verdad tenés hambre?

-Algo- Susurró tomando el menú- Me estoy cuidando- Confesó

-No por favor- Dije mirándola extrañado

-Tranquilo farolitos. En Japón soy modelo. Tengo que cuidar mi alimentación. Pero como bien- Masculló

-¡Oh! ¿Así que triunfaste como modelo?

Me fulminó con la mirada

-¿Tenías alguna duda?- Protestó

-No... Es decir... no es que no seas linda... solo que...

Esta volcó los ojos y sonrió

-Basta ¡Voy a estallar de la risa!- Exclamó

Permanecimos un rato hablando de cosas variadas. Su vida era una perfecta combinación de fiestas, trabajo y estudio. Hacía muchas cosas a la vez, no era raro, ya que su padre era un ambicioso cirujano en Japón, uno de los más reconocidos y famosos médicos del país. Ya estaba totalmente acostumbrada a esas movidas.

______________________________________________

Suspiré mirando a la ventana, ya era muy tarde, estaba anocheciendo. Y enserio necesitaba descansar. El día había estado pesado, estar acostada tiempo era agotador, ya no sentía mis muslos ¡Y qué decir de mis pompis! Estaban adormecidas. No quería conversar, tan solo anhelaba quedarme dormida, ya que estaba a punto de hacerlo, cuando llamaron a la puerta.

Voces SepultadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora