Sakura se despertó al sentir en su rostro un rayo de sol que se colaba por una pequeña abertura que había entre las cortinas.
Se desperezó y advirtió el dolor entre sus piernas, un apremiante recordatorio de la áspera forma en que su marido le había hecho el amor, y de su cortante despedida.
Se levantó de la cama muy despacio y se quedó de pie junto a ella mientras reflexionaba sobre lo que había comprobado que era cierto: Sasuke se había casado con ella por venganza y le había devuelto el golpe diez veces más fuerte.
En algún momento, entre la terrible noche en el jardín de Chesterfield y el día anterior, ella había empezado a sentir algo por él. Y había sido un estúpido y doloroso error.
Resignada al destino al que se había entregado y con los ojos bien abiertos,
llamó a Megan y al lacayo para que le trajeran agua caliente.Quería darse un buen baño y frotarse la piel hasta eliminar el olor de su marido de su cuerpo.
Era la primera y la última vez que lloraba por Sasuke Uchiha.
A la luz del día, era incapaz de comprender por qué había llegado a pensar en su matrimonio como una unión profunda.
Imaginaba que había sido culpa del sexo.
Tantos orgasmos le habían estropeado el cerebro.Si era sincera consigo misma, tenía que admitir que el aburrimiento de Sasuke era más que evidente desde hacía algunas semanas.
Él no había hecho ningún esfuerzo por esconderlo. Y, sin embargo, se había mostrado atento y cortés hasta la noche anterior.
Ahora que había conseguido vengarse, Sakura no tenía esperanza alguna de que fuera a cambiar.
Pero ella le ofrecería la misma cortesía.
Así que su segundo matrimonio iba a ser muy parecido al primero: dos personas distantes que compartían un nombre y un techo.
Era algo bastante habitual.
A pesar del esfuerzo que hizo por tranquilizarse, se sentía mal, tenía ganas de llorar y le dolía mucho el pecho.
Cada vez que pensaba en que tenía que
encontrarse con Sasuke le daban náuseas.Cuando acabó de asearse, se enfrentó
al espejo preocupada al descubrir las sombras que rodeaban sus ojos y que
delataban tanto su falta de sueño como las horas que había pasado entre lágrimas.Lo mejor sería salir un rato de esa casa extraña. Aquella mansión era el bastión
de Sasuke y los recuerdos que guardaba de aquella casa no le resultaban agradables.Inspiró con fuerza y se dirigió al vestíbulo.
Al pasar por el recibidor, miró el reloj y se dio cuenta de que aún era muy pronto.
No obstante, toda la familia de Sasuke estaba sentada a la mesa y compartía el desayuno.
Sakura empequeñeció cuando sus cuñados se levantaron al verla entrar.
Los uchiha eran muy agradables, pero en aquel momento sólo quería quedarse sola para curarse las heridas.
—Buenos días, Sakura —la saludó la encantadora viuda condesa de Uchiha.
—Buenos días —contestó ella con la mejor sonrisa que tenía.
Mikoto Uchiha era una preciosa y elegante mujer, con una dorada melena color negra y unos ojos negros que brillaban cada vez que sonreía.
—Te has levantado muy pronto.
Shisui sonrió.
—¿Sasuke aún sigue en la cama? —Cuando Sakura asintió, el chico echó la cabeza hacia atrás y se rió a carcajadas—. Así que él sigue arriba, recuperándose de la noche de bodas y tú ya estás lista para salir.

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Storie d'amoreEsta historia NO es mía es una adaptación Ni los personajes me pertenecen