—Señor Sai— Sakura le saludó con un afecto sincero—, es un placer volver a verle.
Le tendió las manos y dejó que él las envolviera con las suyas, mucho más
grandes. Una extraña sonrisa iluminaba el rostro de Sai, que se llevó la mano de Sakura al brazo y la guió a través de las puertas francesas hasta un patio interior.
Ella le estrechó el antebrazo.—Pensaba que me había retrasado y que habría perdido la cita.
—No piense eso, lady Haruno —contestó él con áspero cariño—. La hubiera esperado toda la noche.
Sakura echó la cabeza hacia atrás e inspiró una bocanada de aire perfumado. La fragancia embriagadora que flotaba en aquel vasto espacio suponía un agradable alivio después del intenso olor a humo, cera quemada, polvos para el cabello y perfume que se condensaba en el salón de baile.
Comenzaron a pasear despreocupados y Sakura se volvió hacia Sai para preguntarle:
—¿Debo entender que es usted el agente que me han asignado?
Él sonrió.
—Sí, aunque contaré con la ayuda de un compañero.
—Claro. —Sakura esbozó una triste sonrisa—. Siempre trabajan por parejas, ¿verdad? Eso era lo que hacían Sasori y mi hermano.
—Es una forma de funcionar, milady, que da buen resultado y salva muchas vidas.
A Sakura le flaquearon las piernas. « Ha salvado algunas vidas» , pensó.—Amí me disgusta mucho que exista la agencia, señor Sai. El matrimonio de Naruto y su posterior renuncia han sido una bendición para mí. Mi hermano casi muere la noche que perdí a mi marido. Espero con impaciencia el día en que la agencia ya no forme parte de mi cotidianidad.
—Nos esforzaremos todo lo que podamos para resolver el caso con la máxima urgencia —le aseguró.
—No me cabe duda alguna —suspiró ella— y me alegra mucho saber que usted es uno de los agentes que ha elegido lord Kakashi.
Sai estrechó la mano que ella tenía apoy ada sobre su antebrazo.
—Agradezco mucho tener la oportunidad de volver a tratar con usted. Ya han pasado varios meses desde la última vez que nos vimos.
—¿Tanto tiempo ha pasado? —preguntó ella con el cejo fruncido—. Tengo la sensación de que los días se me escapan.
—Me encantaría poder decir lo mismo —interrumpió una voz conocida por detrás de ellos—. Por desgracia para mí, los últimos cuatro años me han parecido una eternidad.
Sakura se puso tensa y notó que su corazón se detenía un momento antes de que sus latidos empezaran a acelerarse.
Sai se dio la vuelta con Sakura del brazo para poder ver a su visitante.
—Ah, aquí está mi compañero, milady. Tengo entendido que usted y lord Uchiha son viejos conocidos. Espero que esa coincidencia acelere el proceso.
—Sasuke —susurró ella con los ojos abiertos como platos. La relevancia de la información que Sai le acababa de revelar la dejó aturdida, como si le hubieran dado un golpe.
Él hizo una reverencia.
—Estoy a su servicio, milady.
Sakura se tambaleó un poco y Sai la agarró con más fuerza para equilibrarla.
—¿Lady Haruno?
Sasuke la alcanzó en dos zancadas.
—No te desmayes, querida. Respira hondo.

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SUPLICAME
RomanceEsta historia NO es mía es una adaptación Ni los personajes me pertenecen