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Al día siguiente les conté a mis amigos lo que pasó con Erick y los madrazos que le dio el super, se sorprendieron, sobre todo Horacio, ya que él creía que era buena persona

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Al día siguiente les conté a mis amigos lo que pasó con Erick y los madrazos que le dio el super, se sorprendieron, sobre todo Horacio, ya que él creía que era buena persona. Los tranquilicé diciéndoles que no paso nada.

Gustabo estaba manejando hacia la casa porque habíamos terminado nuestra pequeña jornada de trabajo. Mis amigos bajaron algunas cosas del carro ya que compramos cosas que necesitaríamos, mientras hacíamos eso, a mi me entró una llamada de Conway.

—Mónica se comunica ¿qué es lo que usted necesita?—lo saludé.

Mis amigos me miraron, como si me estuvieran preguntando quién es con tan solo verme, les hice una seña para que metieran las cosas.

—¿Estás ocupada?— me preguntó.

Hice un sonido de negación mientras movía la cabeza.

—No ¿quieres que te compre tu nieve? — pregunté, soltando una pequeña risita.

—Te voy a enseñar algo —dijo, con un tono de fastidio.

—¿Nada más yo?

Miré hacia mis amigos, y vi como casi se le caían los huevos a Horacio.

Hizo un sonido con su boca, diciéndome que sí.

—Claro, nada más... ¡Hijo de tu pinche madre! ya tiraste los huevos— le grité al de cresta— nada más ven por mí ¿va?

—Vale, ahora te veo —y colgó.

Guarde el celular en mi bolsa trasera y caminé hacia ellos. Miré a Gustabo reírse de él, yo no pude evitar sonreír.

Agarre una bolsa para subirlas al departamento.

Le di un pequeño golpe en la cabeza de Horacio, porque miraba los huevos rotos.

—No estés de chilletas, compramos más —lo animé.

Él asintió y agarró otras bolsas.

Subimos las escaleras y abrí la puerta del departamento.

—Oigan —los llamé— ahorita va a venir el super por mí, para que ustedes compren más huevos.

—¿Para qué? — me preguntaron ambos.

—¿Para qué van a comprar huevos? pues para desayunar.

—¿Para qué va a venir por ti? —se corrigió Horacio.

—Ah pues no sé, que me quería enseñar algo— contesté.

Mis amigos se comenzaron a murmurar cosas entre ellos que no pude escuchar mientras que yo me hacía de nuevo mi coleta ya que estaba un poco despeinada. Luego se escucharon golpes en la puerta.

Horacio abrió la puerta y miró de abajo hacía arriba al super. Vestía un pants negro, arriba tenía una sudadera del mismo color, también llevaba sus lentes negros.

No fear || Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora