¿Qué pasaría si te dijera que Gustabo y Horacio llegaron con alguien de México?
No, no son los famosos hermanos Escobilla, pero ¿y si ese "alguien" es una mujer?
Mónica Hernández, una mexicana a todo dar, si no la provocas, claro.
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—No debí dejar que aceptaras — gruñó Jack.
Últimamente era lo mismo. Estaba cada vez más en peligro, no lo culpaba, andaba preocupado, yo también lo estaba.
—Igual lo iba a hacer — me incline hacia él y lo besé.
Nadando nos dijo que debíamos de estar listos, nos iba a llevar en un helicóptero a sepa la chingada. Me colgué mi paliacate en el cuello y puse mis lentes oscuros en mi cabeza, ya estaba lista.
—Hoy yo haré la cena — avisó, parándose de mi cama y rodeándome con sus brazos.
—Uh, tengo chef personal — me burlé.
—Y puede que haya postre después— dijo, guiñándome el ojo.
Mis mejillas se tornaron rojas y lo golpeé levemente en el hombro. De repente, unos golpes se escucharon en la puerta de mi habitación.
—¡Ya tenemos que irnos, Moni!— gritó Horacio.
—¡Venga, viejo, déjala salir!
—Gilipollas.
Reí y me separé de él. Lo tome de la mano y salimos del cuarto. Agarre mi sombrero y mi bolsa, ya estaba lista. Antes de salir por completo del departamento, Jack nos detuvo.
—No hagáis el capullo.
—No lo haremos — le contestó Horacio.
—Venga, iros ya.
Salimos del edificio y nos subimos a nuestro carro para ir cada quien por su lado. Nos iban a recoger otra vez en el pinche cerro, como si no hubiera otro perro lugar.
Note a mis hermanos nerviosos. Horacio se miraba las uñas que ya estaban despintadas como señal de nervios. Y Gustabo conducía en silencio, sin decir alguna broma.
—No nos va a pasar nada — les dije.
—¿Cómo lo sabes?
Trague en seco. La verdad no lo sabía.
—Al chile no sé. Nomás que sí les llegan hacer algo a ustedes les voy a partir su madre.
—Te creemos.
Llegamos al cerro. Ahí estaba el famoso helicóptero en el que nos llevaran a la gran prueba.
«Dos horas de camino, Dios»
Nos recogieron y el helicóptero se empezó a elevar. Como piloto estaba Nadando.
—Espero que estéis preparados. ¿Ya habéis pensado vuestro nombre?
Todo integrante de mafia tiene que tener un apodo, ellos nos lo habían pedido, por lo que después de mucho pensar lo hemos decidido.
