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Estoy releyendo esto para ir corrigiendo y la verdad es que hay partes medias chistosas JAJAJAJAJ

Ya llevamos una semana siendo alumnos de policía, ahora estaba patrullando con Gustabo porque Horacio se fue con su comisario bombón dejándonos solos, el güero era el que conducía

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Ya llevamos una semana siendo alumnos de policía, ahora estaba patrullando con Gustabo porque Horacio se fue con su comisario bombón dejándonos solos, el güero era el que conducía.

Yo hablaba con Emilio por mensajes. Escobilla me platicó que hace más de una semana que consiguió trabajo en un taller de mecánicos, yo lo iba a visitar de vez en cuando llevándole una torta a él y a sus compañeros, los cuales me cayeron bien.

Escuchamos a uno de nuestros compañeros decir que había un atraco en joyería, tomé la radio y avise que iríamos nosotros.
Hemos intentado ir a uno de esos, pero no podemos porque estamos muy lejos de la zona o ya tienen a los suficientes policías para cubrir.

Gustabo condujo con rapidez hacia la joyería, llegaron otras dos patrullas y en una de ellas venía el super, además de Horacio y el comisario.

Nos bajamos del carro emocionados, molestandonos entre nosotros, el de cresta se acercó a nosotros y los dos le dimos un sape.

—Por dejarnos solos.

Jack nos ordenó a mi y a Volkov que nos pusiéramos uno a cada lado de la puerta, yo estaba a su derecha con mi arma lista, por si llegaban intentar algo.

—Yo negociare con vosotros, ¿cuántos rehenes tenéis?

Escuche que se susurraron algo, no podía verlos bien.

—Queremos negociar con la señorita — dijo uno de ellos.

Todos los que estábamos ahí sabíamos que se referían a mí, ya que era la única mujer.

Conway me dio una mirada rápida para luego mirar a los atracadores con mucha más dureza.

—Denegado.

Homble, tampoco es mucho esfuelzo, sabemos que la señolita está a un lado tuyo — dijo uno de acento raro.

Busque la mirada del super y comencé a asentir repetidas veces, sería mi primera vez negociando siendo yo policía, estaba muy emocionada.

Cambiamos de posiciones, yo crucé mis brazos y pude ver a unos cuatro rehenes, los atracadores tenían una vestimenta un poco peculiar.

Uno de ellos tenía unas rastas rubias, se cubría la boca con un paliacate rojo, tenía una sudadera del mismo color, otro tenía una máscara de cebra y el otro una de un especie de duende raro.

Comenzamos a negociar, ya había salido el primer rehén.

—Por el siguiente no quiero ninguna clave ni mierdas de esas — miré a Conway, el asintió.

—¿Alguna vez te han dicho que eles muh guapa? — me preguntó el de máscara de duende, recargándose en el marco de la puerta.

Solté una leve risa mientras miraba al super de reojo.

No fear || Jack ConwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora