Leah-crepúsculo (Finalizada)

L12

5 de junio, 680 d.C
Egipto

Los primos caminaban por el desierto del Sahara buscando en las tribus de África alguna persona extraordinaria, después de la guerra debían buscar nuevas personas capaces ayudar a mantener el control de las cosas en aquel mundo oculto, los ojos rojos de los dos hombres eran tan llamativos que atraían a sus presas con facilidad en las zonas ignorantes de aquel lugar, en Egipto era más difícil caminar con aquellos ojos ya que existían varias leyendas sobre la especie.

Al llegar a una tribu del oeste, Anthony recordó que ya había visitado aquel lugar hace unos siglos pero ahora era más diferente ya que por fin las personas usaban algo que cubriera sus partes privadas aunque las mujeres seguían mostrando sus pechos sin vergüenza alguna.

Su primo se había avergonzado la primera vez que visitaron una tribu de igual vestimenta, aunque no podían sonrojarse su cuerpo lo delataba. Al ser de noche podían estar sin el manto que cubría todo su cuerpo, les dieron la bienvenida haciéndoles varios cumplidos y sorprendiéndose que hablaran su misma lengua, la perfecta memoria de los vampiros ayudaba a memorizar los idiomas.

Les ofrecieron comida y organizar una fiesta en su honor, toda la tribu debía de asistir y aunque tal vez fuera una obligación dudaba mucho que hubiera alguien que no quisiera verlos, varias personas habían dicho que eran hermosos y perfectos con los cuerpos bien formados.

A veces cuando un humano sospechaba de ellos, los primos acababan con toda la tribu para no levantar sospechas, aunque fueran solo dos tenían la fuerza suficiente para terminar con ellos sin piedad. El aroma a algo delicioso atrajo la atención del primo adoptivo, sus ojos se oscurecieron y su cuerpo deseaba moverse para buscar aquel olor.

—Hamadi no hagas ninguna estupidez -dijo con rapidez el vampiro tomando la mano de su primo por si tuviera que llevárselo a otro lugar.

—Solo una mordida, este olor es... mi autocontrol lo estoy perdiendo Anthony ¿qué es esto?

A lo lejos se podía escuchar la conversación de la mujer que estaba volviendo loco a su primo, los dos miraban a la morena de cabello negro como la noche, su figura estaba marcada y su belleza la hacía parecer como una diosa egipcia.

—Neith ve por allá, son nuevos -una mujer le decía a la joven diosa que cargaba un par de cosas para el evento.

—Todas van a querer conquistarlos, alguien les dirá que mi pureza ya no está.

—Neith inténtalo, puede que te saquen de este lugar.

Cada vez que la mujer se acercaba a ellos Hamadi sentía que su boca se llenaba del veneno que su cuerpo tenia, sus ojos se volvían más oscuros y el deseo se incrementaba. Anthony suspiro soltando a su primo, miro con una ligera lastima a los pobladores que pronto terminarían muertos. Después de la inevitable matanza hacia la población, Hamadi se sentía terrible, su humanidad todavia estaba presente en aquel tiempo.

La humana llamada Neith, como si fuera una clase de broma del destino no había sido asesinada, Anthony le había pegado dejándola inconsciente sabiendo que debía investigar lo sucedido con Hamadi, tal vez en esta tribu tenian varias formas de poder detectar a los vampiros.

Al terminar de destruir la aldea borrando evidencias como los cuerpos, Anthony los teletransporto a Italia, en aquel tiempo realmente Hamadi se obsesiono con la humana, la mantenía en una habitación sin dejarla salir, la familia había descubierto que ella tenia una fuerza sorprendente aunque no lo suficiente para asesinar a un vampiro.