" 1997 „ ┊ kookmin au ᵕ̈

♡ treinta y siete.

—¡Déjame alcanzarte!—Grito Jimin mientras sostenía su costilla, el flato por correr ya empezaba a alcanzarle.

Jungkook se dio vuelta riendo viendo la expresión de Jimin tratando de correr, él siguió corriendo.

—¡Jungkook!—Gritó una última vez antes de sentarse en la arena.—¡Está bien, tú ganas!

Al oír a su novio rendido dejo de correr y empezó a volver hacia donde Jimin estaba sentado recuperando su respiración. Peino sus cabellos hacia atrás mientras reía por la cara roja de Jimin, el rubio frunció el ceño ante las burlas de su novio le arrojó arena.

—Así que...gane.—Sonrió, limpiando su ropa por la arena que le habían tirado.

—Ganaste, eso hiciste.—Rodó los ojos y se cruzó de brazos.

—Que maravilla.—Sonrió, empezando a sacarse su pantalón y su camiseta.—Vamos, desvístete.

—El agua debe de estar helada...–Se quejó Jimin, aún cruzado de brazos.

—Prometiste que te ibas a meter al agua conmigo si yo te ganaba en la carrera.

—Lo sé, pero...me hace frío.

—Tú cuerpo se atemperara al estar dentro, anda que el sol empieza a ocultarse.—Señaló el horizonte, los rayos de sol acariciaban las olas y empezaban a pintarlas de naranja, era muy bello.

Jimin con un bufido se deshizo de sus prendas hasta quedar solo con sus bóxers, se abrazó a sí mismo por las corrientes de aire que golpeaban su cuerpo, el aire venía más helado por el mar frente a él. Jungkook rió al ver a su novio temblar de frío, le extendió su mano y cuando la sostuvo entrelazó sus dedos, ambos se sonrieron y luego empezaron a caminar hacia el mar.

La arena aún estaba caliente en sus dedos pero aún así el viento que venía a través del horizonte les golpeaba el pecho, Jungkook no se inmutó porque toda su vida la ha pasado en las playas, día y noche, Jimin igual solo que era friolento, prefería mirar todo desde una manta en la arena mientras estaba bien abrigado, nunca le había gustado meterse al mar, en primera porque no le gustaba nadar, en segunda porque le aterraba y en tercera porque el agua era helada.

—Si me ahogo será tu culpa.—Dijo Jimin.

—Pero sabes nadar.—Rió.

—Aún así, si las olas me llevan porque me olvide nadar será tu culpa.

—Podré con la culpa.—Recibió un golpe de Jimin.—Okay, tranquilo, estas conmigo.

—Eso no me da seguridad.—Bromeó.

Claro que estar tomado de la mano con Jungkook le daba seguridad. Siempre le daba seguridad y cobijo.

—¿A no?—Rió.—Entonces entra tú solo.

—Para eso no entro.—Se plantó en su lugar, decidido a no moverse.

—Eres un caprichoso.—Rodó los ojos riendo.

—Si tú lo dices.—Se soltó de la mano de su novio y se cruzó de brazos, fingiendo estar indignado.

Jungkook sonrió con ternura.

Se acercó hacia su novio y tomó su mentón para que le mirase, cuando logró que Jimin le mirara a los ojos le plantó un beso, debilitando toda la actuación de indignación que había construido Jimin. Lo tomó de los muslos y lo cargó en forma nupcial.

—¡Me besaste solo para meterme al agua!—Se quejó Jimin golpeando el hombro de Jungkook.

—Ya está oscureciendo, si no quieres que las olas te lleven tenemos que entrar antes de que la luna salga.