El viaje como lo había previsto fue largo, había conducido durante todo el día y la noche, la vista era bella desde el asiento, desde su ventana veía las incontables estrellas en el cielo, la luna viéndole desde el cielo, cuando se acercó más hacia el terreno sentía como su alma se encontraba en paz, de repente el bienestar le invadía. Llegó en plena madrugada, detuvo el auto frente a la casa y suspiró antes de salir de su auto, se plantó frente la puerta unos veinte minutos, sostenía la llave entre sus manos mientras miraba profundamente aquella puerta de madera.
Eran muchos los recuerdos en aquel lugar, una pequeña parte de su vida, algo corto en el tiempo que ha vivido latiente e impecable en su cabeza, que ha vivido lúcidamente en su alma.
Suspiro y abrió la puerta, sonriendo melancólicamente al pasillo lleno de fotos y pinturas, queriendo llorar de felicidad, por suerte la casa se había mantenido intacta, era igual que la de sus recuerdos. Cerró la puerta a su espalda y soltó la maleta que traía, encendió la luz de toda la casa y se felicitó por haber pagado las facturas todos estos años, después de todo, siempre había tenido en mente en volver.
Había vuelto al último lugar donde fue tan feliz, donde tuvo tanta paz y donde se mantuvo seguro.
Se paseo por la sala y la cocina, desempolvando un poco, muchos muebles estaban llenos de polvo, estaban hundidos entre el polvo del recuerdo y melancolía.
Sonreía cada vez que tocaba algo, su alma estaba tan feliz, su corazón tan seguro. Parecía que aquella casa rústica tenía muchos fantasmas dentro, los fantasmas de la historia de Jungkook y Jimin.
Se paseaban de la mano en el pasillo, bailaban cerca de la chimenea, cocinaban juntos, se besaban bajo el cobijo de la luna. Tanto. Tantas cosas había pasado ahí dentro. Los ecos del amor muerto retumbaban contra las paredes. Los latidos de Jungkook queriendo encontrar la sincronía de los latidos de Jimin.
Pero él no estaba ahí.
Se recostó contra el refrigerador guardando las compras de víveres que había hecho, compro lo suficiente para quedarse unas dos semanas, cuando sus provisiones se terminaran volvería al pueblo más cercano y compraría más. No sabía cuánto tiempo estaría allí.
Quería quedarse mucho tiempo, quería seguir siendo egoísta, quería desaparecer entre los pinos y el riachuelo, vivir de los ecos de los grillos a lo lejos, del croar de las ranas y del sonido del viento agitando la cebada. Quería quedarse.
Había huido de su realidad en la jungla de concreto, huyó de aquella carga que le otorgaba su pesado nombre. Había huido para por fin poder ver las constelaciones en el cielo nocturno, desde la ventana de la cocina podía verlas claramente, como un niño pequeño sonreía ante todas las luces en el cielo. Las amaba.
Amaba tanto las estrellas tanto como amaba el mar.
Sentía que entre las estrellas él podría ser muy grande, que podría ser más grande que la carga de sus monstruos, sentía que podía volar entre ellas y olvidarse de cada herida. Infinito en el universo.
Sentía que entre las olas del mar todo sería más pequeño, todo más insignificante ante las olas que golpeaban la superficie, sentía que sus penares serian diminutos entre las olas, ya no los sentiría.
Entre las estrellas se sentía infinito, entre las olas diminuto.
De alguna forma, se sentía muy bien, tranquilo.
Soltó un jadeo de sorpresa cuando pudo ver en el cielo como una estrella fugaz había pasado, sonrío feliz.
A la distancia, en medio de la caótica ciudad, en medio de tantas luces, Jimin se encontraba recostado en el barandal de su terraza, mirando al cielo y recordando todo lo que en sus sueños se había plasmado. Los recuerdos relucientes de la casa del lago.
Tenía una sonrisa en el rostro al haber visto pasar todo lo vivido entre aquella casa oculta entre los pinos y resguardada entre la cebada, miraba al cielo deseando ver alguna estrella asomarse.
Fue una gran sorpresa cuando entre tantas nubes y tantas luces pudo ver una estrella pasar.
Para ser específicos, había visto pasar una estrella fugaz. Sonrío cual niño tratando de ver por donde se había perdido.
A la distancia, ambos habían tenido la visita de los recuerdos vividos entre el césped y el riachuelo. A la distancia ambos habían visto pasar la misma estrella fugaz.
Ambos sonriendo, mirando el mismo cielo.
Como siempre solían hacer.
Durante las noches de insomnio ellos corrían entre el césped escuchando el croar de las ranas y riendo por los nombres dados a las diferentes estrellas. Se tiraban al piso riendo y miraban las estrellas, tomados de la mano, contemplando el enorme universo. Dichosos.
Dichosos por haber hecho su camino al otro, porque en el gran universo, en las incontables estrellas, ellos habían podido estar juntos, existían.
Existieron.
Una historia escrita y plasmada en las estrellas. Una historia que la sentían extrañamente más intensa.
;
cortito pero ajaaaa, ha habido mucha narración 1 disculpa, estaba inspirada
ténganme fe, las cosas van a empezar a mejorar ;>
y ahora una pregunta que nunca había hecho je
como les parece el au hasta ahora? :>
les tkm <3
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" 1997 „ ┊ kookmin au ᵕ̈
Fanfiction˒ 𓂃 Donde los fans de Jimin y Jungkook creen que ellos tuvieron una relación en el pasado. O donde Jimin y Jungkook tuvieron una relación oculta de los medios. Una relación rota por terceros. En sus canciones a veces se hablan, a veces recuerdan...