♡ treinta y cuatro.

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—¡Ya!—Aplaudió Jimin dando saltitos.

Después de estar toda la tarde preparando el pastel y la cena, por fin, había terminado. Ahora dejaría que se cociera en las ollas y el pastel terminase de hornearse en el horno.

Salió hacia la sala y se fijó en los pequeños detalles que quería arreglar, por suerte no había nada que le disgustara, lucia tan bien como se lo había imaginado. Había buscado imágenes de referencia en internet para decorar su mesa, cuando se trataba de eventos importantes muchas veces su cabeza quedaba en blanco, el buen internet siempre ayudaba cuando eso pasaba.

Volvió a aplaudir dando saltitos, estaba tan emocionado que podría gritar.

Sería el cuarto año celebrando San Valentín junto a Jungkook y el primer año celebrándolo en la casa que habían comprado a las afueras de la ciudad, muy cerca del río y del bosque, alejados de la jungla de concreto, perdiéndose entre los robles y las amapolas, inmersos en la gran tranquilidad del campo.

Jimin se fijó en el reloj colgado en la pared, Jungkook ya llegaría, solo faltaban treinta minutos para que llegara y él ni siquiera estaba listo. Corrió hacia su habitación y tomó las prendas que había elegido para ese día, las modelo una por una frente al espejo, pero notó que su cabello olía a condimentos y sus manos también, con un bufido se desvistió lo más rápido que pudo y corrió hacia la ducha. Hizo todo ahí dentro, puso loción a su cuerpo, crema y perfume, quería oler y ser tan suave para Jungkook.

Para que esta noche sea un día especial.

Como lo eran todos los días.

Nuevamente modelo las prendas frente al espejo, tomándose una que otra foto, se veía precioso. Volvió a mirar al reloj, aún tenía minutos que le sobraban. Corrió hacía el baño para tomar la plancha y poder hacer rizos en su cabello rubio, siempre le había gustado como le quedaban. Al terminar con los rizos comenzó con las sombras en sus ojos y finalizó con un suave labial en sus labios.

Se veía tan precioso que no pudo evitar darle un beso al espejo.

Rió por su ocurrencia, la marca de sus labios se había quedado en el espejo.

Unas llaves sonaron en la puerta haciendo que salte en su lugar, ante el tintineo de las campanas que había puesto sobre la puerta empezó a buscar las flechas falsas con corazones que se había comprado en internet, se puso la aureola que venía incluida y dándose un último vistazo salió de la habitación.

Sonriendo al encontrarse con los ojos redondos de Jungkook.

Ambos se sonrieron desde el pasillo.

Jimin puso una de las flechas en el arco y la apuntó a Jungkook, el pelinegro levantó sus manos en señal de haberse rendido, logrando que Jimin riera, tenía una buena puntería por lo que no falló en hacer llegar a la flecha al corazón de Jungkook.

—Oh, cupido, diste justo en el centro.—Dijo Jungkook, fingiendo tambalearse sosteniendo la flecha, luego de eso se tiró en el piso.

Jimin rió, dio pasos combinados con saltitos, se arrodillo frente a él, riendo por la muerte fingida de Jungkook.

—¡Oh, no, lo he matado!

—Y solo un beso de su verdadero amor podrá revivirlo.—Susurró, aún con los ojos cerrados.

—¿Su verdadero amor? ¿Y ese quien podrá ser?—Fingió pensar.

Jungkook abrió sus ojos, riendo junto a Jimin, levantó su mano para acariciar la mejilla de su novio, sonriendo dijo.—Tú.

Y luego lo beso.

Junto sus labios en un pacifico beso. En medio del pasillo, con la fogata a unos pasos de ellos, con la radio sonando en el fondo, con las velas consumiéndose y la luna entrando por su ventana. Se besaron en su casa de madera rústica, con muebles y paredes de madera, tal y como lo habían soñado juntos, con cuadros suyos en las paredes, con sus pantuflas en la puerta y sus abrigos al lado del otro, se besaron en su casa.

" 1997 „ ┊ kookmin au ᵕ̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora