Capítulo 5

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Las caras que veo no me son conocidas, Pero todos parecen haberme estudiado con mucha antelación. Una señora mayor a lo lejos me fulmina con una sola mirada, mientras se abre paso entre todos me dirigió la palabra:

- ja! ¿Tú eres Gina, cierto?

- Si mi señora

- Eso es evidente, te falta clase y unas lecciones de etiqueta básica. ¡Que haces llegando a estas horas! ¡Y ¿qué es eso que llevas entre brazos?!

Me siento indignada y por algún motivo al tope del enojo:

- Solo preguntaré esto. ¿Quién es usted, y que hace en mi palacio sin mi consentimiento?

- lo siento mi bella reina o lo que quiera que sea, yo soy su institutriz de etiqueta. Algo que usted no tiene

Acabo de llegar a mi tope, no pienso dejarme pisotear de nadie y menos de ella:

- Escúcheme bien, señora, está hablando con la reina. Así que GUÁRDESE SUS INSINUACIONES Y MÁRCHESE DE MI CASA. ¡AHORA!

Todos me miran perplejos, sin pedir permiso paso por encima de ellos, necesito un momento. Me dirijo al estudio de Kahir, es el único lugar de todo esto que me tranquiliza. Mientras estoy recostada en el sofá alguien entra ipso facto:

- Gina

Es kahir, estuve a punto de gritar fuera quien fuera. Menos mal no lo hice:

- Bienvenido, ¿qué tal te fue?

- Me fue de maravilla, pronto tendremos dátiles en los campos, que tal te fue con tu primera lección

- Mi primer qué? ¿Te refieres al recibimiento más horrible que he recibido? 

- Así de malo fue?

- ME DIJO QUE NO TENÍA CLASE! ¡Y ME INSINUÓ QUE NO ERA DE LA REALEZA! ¿Eso es lo que piensan todos de mí?

- No, o por lo menos no la mayoría

- Que se supone que debo hacer?

- Primero descansar, segundo empezar las lecciones cuanto antes

- No será posible, saque a esa horrible señora de aquí

- Sacaste a mi abuela de aquí!

¡UPS! Eso no lo sabía, ahora se vienen más problemas.

- Tú tienes una abuela?

- si, y no tienes derecho de sacarla de aquí, ella si tiene sangre real y la experiencia

- quieres decir que mi problema es no tener sangre real

- bueno, talvez si tengan razón

- a veces eres tan...

- cruel, vacío?

- DESALMADO! ¡ESO ERES!

Puedo soportarlo todo, pero no esto, ¿mi propio esposo duda de mí?:

- si crees que soy un desalmado que haces aquí?

- nada. No tengo nada que hacer aquí. Descansa


¡Increíble! Luego de un día lleno de alegría pasa esto. Llorando me voy a dormir, si me quedo despierta puede haber más problemas, ya tuve suficiente.

Ahora Soy ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora