Capítulo 3

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Con dificultad, voy enfocando mi visión y lo primero que logro ver es el rostro de Kahir, que parece más pálido que el mío. Algo en sus ojos me desconcierta, y sin saber cómo reaccionar, le pregunto, caso la voz baja y algo ronca:

—¿Ya es de noche?

Sus ojos se llenan de lágrimas sin que diga una palabra. Antes de que pueda comprenderlo, me abraza con fuerza. Permanecemos en silencio durante varios minutos, me quedo quieta, sintiendo su preocupación, aunque no logro entender del todo por qué.

Finalmente, me suelta, secándose las lágrimas con rapidez, y su voz tiembla cuando habla.

—Gina... me preocupé mucho. Pensé que tal vez no despertarías.

Siento un nudo en el estómago al escuchar esas palabras, y una extraña mezcla de culpa y alivio se instala en mí.

—¿Cuánto tiempo ha pasado?

—Un día... y dos noches.

Sus palabras me golpean. ¿En serio pasaron tantos días? Ahora veo el verdadero motivo de su preocupación. Mi mente no se detiene a procesar lo que ha ocurrido, solo sé que todo esto me sobrepasa.

Kahir se pone de pie lentamente, con la mirada fija en mí, como si intentara asegurarse de que realmente estoy bien.

—Descansa, Gina—me dice con suavidad—Todavía estás agotada.

No discuto. Él tiene razón. Me siento mejor pero mi cuerpo sigue pidiendo descanso. Me acomodo en la cama y, sin pensarlo mucho, el sueño me arrastra nuevamente.

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Ya es de día, y después de un descanso largo, siento que la pesadez ha desaparecido. Aún no me siento al cien por ciento, pero puedo moverme con más ligereza. A pesar de la mejora, no estoy de humor para vestirme con algo muy elaborado. Ya he tenido suficiente de eso en estos últimos días. Pido que me traigan un conjunto fresco, algo elegante pero cómodo. No debo perder mi imagen, no después de todo lo que me ha costado llegar hasta aquí.

Al salir de mi habitación, me encuentro con Sheherazade, que me extiende una nota con una sonrisa cálida.

Abro la carta con curiosidad y leo lo que está escrito:

"Vine a buscarte esta mañana, pero te veías tan tranquila descansando que no quise interrumpir tu sueño. Por favor, no te esfuerces demasiado hoy. Haz lo que desees, disfruta de tu tiempo.

Con cariño,
Kahir."

No puedo evitar sonreír. Es la nota más encantadora que he recibido, y en este momento, con toda la presión de mi rol, se siente como un pequeño respiro. Ahora que tengo un algo de libertad, decido que iré a ver a Simbad. Es lo único que realmente deseo hacer por ahora.

Me siento aliviada al recordar mi antiguo hogar, ese lugar lleno de recuerdos.

Al llegar, el aroma familiar de la casa me envuelve, y el bullicio de los sirvientes me da una extraña sensación de paz. Parecen estar preparándose para uno de esos pequeños banquetes que Simbad suele organizar.

Miro hacia un rincón del jardín, y, como si el destino me estuviera jugando una broma, mis ojos se abren de par en par al ver lo que está allí.

—¿Light...?

Mi voz se eleva al pronunciar su nombre, casi sin creer lo que estoy viendo.

Mi voz se eleva al pronunciar su nombre, casi sin creer lo que estoy viendo

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