Capítulo 9

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Ya pasaron tres meses desde el incidente de mi escape.

Todos dicen que he mejorado mucho, pero la verdad es que nunca cambié nada, solo cumplo con lo que me piden. Nadie parece notar que soy la misma de antes, aunque las circunstancias me han obligado a adaptarme. Mis días se han llenado de deberes, y aunque no todos me resultan agradables, he aprendido a lidiar con ellos.

He vuelto a tomar mis responsabilidades reales: caminé por el mercado, atendí problemas menores, despedí a algunos viajeros que partían hacia otras tierras. Me sorprende la calma con la que ahora enfrento las tareas cotidianas, cuando antes me parecían tan ajenas a mí.

El día ha sido corto, pero satisfactorio. Tomamos la cena juntos en silencio, como es habitual últimamente, y luego me retiré para leer un poco. Los libros se han convertido en mis aliados, un refugio donde puedo escapar de las expectativas que me imponen.

"El cielo nocturno está particularmente hermoso esta noche" pienso mientras contemplo el firmamento desde mi ventana, con una luna brillante que parece más cerca que nunca. Guiada por deseos de más me decido a salir al balcón para disfrutar del paisaje.

Cuando cruzo la puerta, veo a Kahir en la penumbra, mirando las estrellas con la expresión profunda que siempre tiene cuando se encuentra inmerso en sus pensamientos. Me detengo en el umbral, sin querer interrumpir su momento y retirarme, pero al parecer mi presencia no ha pasado desapercibida.

—Gina.

Mi sutileza no fue suficiente. Lo he sacado de su mundo. Salgo dejando que la poca luz me muestre ante él.

—¿Cómo sabes que estaba aquí?

—Cuando estás cerca, la luna se agranda y las estrellas brillan con más fuerza— La poesia siempre es dulce cuando viene de sus labios, me hace sonrojar. Siento como su calidez se apodera de mí, llenándome de sorpresa y ternura.

—¿Te puedo hacer compañía?

—Por supuesto, ven—En su invitación no hay nada más que amor y anhelo de compañía. Lo mismo que me movió a ser su princesa.

Me acerco lentamente y me sitúo a su lado. La brisa nocturna acaricia mi rostro, y el silencio entre nosotros se siente cómodo.

Pasados unos minutos, Kahir toma mi mano con delicadeza, como algo muy preciado, y me pide que me siente junto a él. Mi corazón late más rápido, algo en el aire ha cambiado.

—Gina, yo...

—¿Qué ocurre?—No puedo evitar preguntarlo, un nudo se forma en mi garganta. Hay algo en su tono que no me gusta, es parecido a cuando está a punto de decirme algo importante.

—Perdóname por ser tan frío contigo últimamente. Solo quiero lo mejor para ti y pensé que quizás eso... sería bueno para ti— Sus palabras salen lentamente, de verdad le duele en el espíritu.

—Lo sé. No necesito que me pidas perdón, siempre lo tendrás—Mi respuesta es firme, porque lo siento en mi corazón: a pesar de todo, siempre estaré aquí, en las buenas y en las malas.

Kahir me sonríe con dulzura, me rodea por la cintura y apoyo la cabeza en su hombro exhalando aliviada, he dejado atrás un peso que no sabía que tenía.

Unos minutos después su dulce sonrisa lo abandona y su rostro se ensombrece.

—Gina... tengo que irme lejos. Vendré en unos meses. Y quiero que tú dirijas Luna llena en mi ausencia. 

Aquello cae como una sentencia, y todo lo que había sido cálido en el ambiente se congela.

Aquello cae como una sentencia, y todo lo que había sido cálido en el ambiente se congela

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