Capitulo 1

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Hoy hace un buen día. El sol ya se asoma sobre el horizonte, y ya estoy despierta, vestida y lista para enfrentar todo lo que el día me depare. Es curioso cómo, aunque todo parece seguir un ritmo constante, cada jornada como Reina del Reino de la Luna Llena trae consigo algo nuevo, algo desafiante.

Hace un año y medio, cuando me casé con Kahir, no imaginé lo que me esperaba. Sabía que la vida sería diferente, pero la responsabilidad de ser reina ha sido mucho más de lo que pensaba. He tenido que aprender a ser muchas cosas: firme, sabia, paciente... a veces siento que no soy ninguna de esas cosas. En ocasiones, cuando estoy rodeada de tantos consejeros y nobles, el peso de la corona me parece insoportable. Pero, por otro lado, no puedo dejar de pensar en todo lo que hemos logrado. He hecho todo lo posible por ser la Reina que este reino necesita, pero no puedo evitar preguntarme si es suficiente.

Sheherazade, siempre ha sido un pilar para mí. Su consejo es sabio, pero también me recuerda lo que aún me falta por aprender. A pesar de todo lo que me ha enseñado sobre cómo ser amable, justa y magnánima, el temor de no estar a la altura de las expectativas siempre está presente. He pasado de ser una chica que solo quería vivir aventuras a una mujer que toma decisiones que pueden cambiar el destino de todo un reino. Y aunque lo hago con decisión, suelo sentirme completamente perdida en el proceso.

Hoy, como cada día, me levanto temprano para recorrer las calles de la ciudad. Me detengo a hablar con los mercaderes, a escuchar a los ciudadanos y a ofrecerles lo que esté a mi alcance. Ya olvidé cuántas veces me he repetido que esto es lo que significa ser Reina. Pero cuando veo las sonrisas de los niños, los ojos expectantes de los adultos, siento un peso sobre mis hombros. Todos esperan tanto de mí, y yo solo quiero hacer lo correcto.

Es temprano y ya me siento agotada. Apenas he tenido tiempo para mí misma, mucho menos para Kahir. La rutina del palacio me ha mantenido ocupada, y aunque intento mantener la calma, hay momentos en los que el cansancio me gana. Hace varias semanas que no pasamos tiempo totalmente solos, eso es algo triste.

Ese último pensamiento viene a mi guiado por la reunión con Kahir y los consejeros, que es... inevitable. Y a pesar de que es solo rutina, no puedo evitar sentir un nudo en el estómago. No sé si estoy lista para tomar decisiones más grandes, para enfrentar lo que viene.

Cuando llego al salón donde nos vamos a reunir, los guardias me anuncian:

—¡Gina, Reina de La Luna Llena!

Una vez más, ese título que ya debería sonar natural, y que sigue haciendo sentir pequeña. Soy la reina, sí. Pero en mi interior, sigo siendo la misma chica que una vez soñó con escapar de una vida de callejera, con vivir una vida de libertad.

Entro en la sala, y al instante, la mirada de Kahir me encuentra. Siempre tan seguro, tan firme, con esa calma que parece tener incluso cuando el mundo está a punto de estallar. Hay algo en su presencia que me da tranquilidad, pero también me recuerda lo que ya no soy. La joven que se reía con él sin preocupaciones ya no está. La reina está aquí, y todos esperan que sea esa persona que se encargue de todo.

—¿Gina? ¿Te sientes bien? Si necesitas descansar, podemos posponer la reunión.

Me tienta la idea, pero no puedo. Si cediéramos hoy, no quiero pensar cómo será mañana. Así que, a pesar del cansancio y la preocupación, respondo con una sonrisa:

—Estoy bien, no se preocupen.

Kahir me observa un momento, su mirada intentara leerme. Pero finalmente asiente y, con una voz firme pero suave, dice:

— Excelente. Entonces, comencemos.

La reunión comienza, y aunque mi mente está llena de dudas, me obligo a concentrarme. Soy la Reina del Reino de la Luna Llena. Aunque a veces no lo sienta, debo ser fuerte. No hay otra opción.

 No hay otra opción

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