— ¿En verdad la vas a matar?— había preguntado la asistente.
Aquella pregunta dejó a Annya estupefacta por unos instantes y siguió escuchando en silencio a las afueras de la oficina de su esposo.
— Erika, ya te he dicho que no te metas en mis asuntos.
— Perdón, perdón, contesté esa llamada de tu teléfono por accidente, quien diría que ese hombre sería tan boca floja. Pero sabes que soy una tumba, jamás diría nada de esto, ella no me agrada y si se muere por mi mejor.
— Aun no es tiempo, ella vivirá hasta que me dé lo que quiero.
— ¿Y qué es lo que quieres? ¿quieres su inútil empresa?
— No. Y ya te dije que no es tu asunto, vuelve a tu estación de trabajo, Annya llegara pronto.
Erika bufó.
—Que malo— se levantó algo molesta para retirarse, la joven castaña corrió de vuelta al elevador y fingió que acababa de llegar, siendo vista por la asistente al salir de la oficina.
La rubia mujer la barrió con la mirada al pasar, Annya hizo como que la otra no existía y entró a la oficina, y si antes le temía, ahora estaba aterrada, más hizo aplomo de toda su compostura para simular ignorancia, como si no hubiera escuchado esa tétrica conversación.
Charles estaba sentado, en cuanto la vio dejó lo que estaba haciendo, se acomodó en su asiento y se aflojó la corbata, no saludó siquiera simplemente escupió ordenes como de costumbre.
— Quítate la ropa.
Suspiró lo más discretamente posible, esto se estaba volviendo cada vez más retorcido, no solo era un abusador, ahora podía agregarle ser un psicópata, el cómo soporto todo eso quizá lo atribuyo a poner en una balanza la protección de su nueva familia y la antigua también. Además de querer demostrarle a ese mal nacido que no moriría tan fácil por su mano.
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Luego de un rato, por fin salió de esa oficina. Odiaba ser llamada solo para tener sexo, si fuera Keith estaría feliz, no obstante, tener relaciones con Charles siempre le dejaba un mal sabor de boca, y como si su día no pudiera estar más jodido, la voluptuosa asistente se metió en el elevador junto con ella.
Al principio el silencio era muy incómodo, y como esa oxigenada no paraba de mirarla con una sonrisa burlona decidió parar su molesta actitud.
— Si tienes algo que decir, dilo.
— Lo siento, lo que pasa es que me preguntaba si no ha notado nada diferente en su esposo, "señora Hamilton".
— No— contestó aburrida.
— ¿Está segura? — se acercó a murmurarle cizañosa — ¿La manera en la que te toca no ha cambiado ni un poquito?, sé que le gusta morder cuando está disfrutando mucho y eh de decir que tiene unas orejas sensibles.
Annya abrió los ojos como platos, sí que la tomó con sorpresa.
— «Así que de eso se trata»— pensó.
Erika sonreía satisfecha por esa expresión, quería fastidiar a Annya, deseaba hacerle evidente que Charles le estaba siendo infiel con ella, mas no contaba con que eso le daba igual, ni tampoco contaba con la sonora carcajada que la joven soltó.
— JAJAJAJAJAJAJAJA— se abrazó el estómago por la hilarante situación.
— ¿Qué? ¿Te volviste loca?
— No, jajajaja... ah~— se limpió las lagrimitas de tanta risa, tratando de reponerse –. Ay querida, tu sí que tienes unos hábitos desagradables, como sea no es mi asunto si quieres delirar por él.
Erika malinterpretó sus palabras, pensó que no le creía, sí que estaba demasiado llena de sí misma. Como se atrevía esa mocosa a burlarse de ella, ¿qué era tan estúpida para no darse cuenta que en verdad se estaba acostando con Charles?
Llegaron al primer piso, se abrieron las puertas y antes de salir, unas palabras de Annya bastaron para derrotarla.
— Te deseo suerte, quizá si le das un hijo te tome como la futura señora Hamilton... después de todo eso es lo que más desea y es la única razón por la que está casado conmigo.
Parecía seria respecto a eso, junto con su actitud tan altiva sí que le jodieron ¿QUÉ ESA PERRA SIEMPRE SERÍA SUPERIOR A ELLA?
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Al salir, Annya no quiso llamar a Marine para que la recogiera, caminaba desanimada por la calle, y se prometió no decirle nada a Keith, no quería preocuparlo, ¿qué diablos iba a decirle?: "Hola amor, que crees, tú padre quiere matarme"... ¡NO! ¡DE NINGUNA MANERA!
— Ah... ahí va otra cosa a la lista de problemas...— suspiró pesadamente.
Al menos, ese terrible sujeto se había conseguido una amante, eso le ayudaría a mantenerlo ocupado, necesitaba tiempo para pensar cómo lidiar con él.
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Sobrevivir al matrimonio
RomantikUna boda por contrato con un magnate que le dobla la edad, y un hijastro que intentará seducirla para deshacerse de ella. Romance, traición, intriga, crimen, desesperación... ¿Podrá Annya sobrevivir a una guerra familiar?