Una boda por contrato con un magnate que le dobla la edad, y un hijastro que intentará seducirla para deshacerse de ella. Romance, traición, intriga, crimen, desesperación... ¿Podrá Annya sobrevivir a una guerra familiar?
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LTec. Company se hizo grande en dos generaciones bajo la gestión de la familia Lawrence, sus avances en tecnología eran de lo mejor, Annya trabajó arduamente como gerente de producción a partir de sus veinte, pero el gusto solo le duró dos años. El maldito inventor de las mejores patentes fue comprado por una empresa rival, teniendo pérdidas millonarias, en consecuencia, perdieron la confianza de varios inversores.
Y como si no pudiera lloverles más sobre mojado, su madre enfermó y su padre estaba cerca de un infarto por tanto estrés, despidieron a cientos de empleados, lo que causó huelgas, demandas y deudas... todo por lo que se esforzaron se iría a la basura, la inminente bancarrota estaba cerca o eso pensaba.
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Moviéndose como león enjaulado en la sala de su casa, no podía quitar sus ojos de la tarjeta dada por Charles, no tuvo que pensarlo mucho, al segundo día ya tenía el teléfono en mano marcando el número de ese hombre. Estaba intranquila, pero mandó sus nervios por un tubo en cuanto contestó, tenía que mantener su dignidad intacta lo más posible.
— Sí, ¿diga?
— Bueno días señor Hamilton, soy A...
— Lo sé, reconocí su voz inmediatamente... vaya señorita Lawrence, no le costó mucho decidirse, debe estar desesperada.
Odiaba que fuera cierto, no obstante, no podía dejar pasar más tiempo, las cosas estaban empeorando a cada segundo.
— ¿Podemos vernos en algún lugar privado? — expresó intentando desviar su molesta palabrería — aún no he dicho que acepto, antes necesitamos hablar.
Dijo aquello por orgullo, en realidad sí iba a aceptar, pero al menos necesitaba saber por qué un hombre como ese quería casarse con ella.
— Está bien. Te espero en la sede principal de Hamilton Group., al medio día, mandaré a alguien por ti.
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Oficina de Charles
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Estaban sentados uno frente al otro, Annya miraba fijamente a Charles algo frustrada, desconsideradamente la tuvo allí por mucho tiempo en un silencio incomodo mientras trabajaba.
—«¿Cómo se atreve a hacerme esperar?, fue él quien propuso su tontería de casarnos y aceptó que habláramos del asunto, sin embargo, me trata como si no existiera. Esto es intolerable, voy a decirle a este idiota lo que pienso de él» — pensó cabreada.
