Una boda por contrato con un magnate que le dobla la edad, y un hijastro que intentará seducirla para deshacerse de ella. Romance, traición, intriga, crimen, desesperación... ¿Podrá Annya sobrevivir a una guerra familiar?
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Estaba en la comodidad de su estudio, uso el abrecartas para abrir el sobre del banco y revisar sus estados de cuenta, apenas y se veía una ligera mejora, todavía le faltaba mucho para poder salir de ese matrimonio. Estar todo el tiempo alerta era estresante.
Había pasado un mes entero evitando a su madre, quizá los vio esa noche, pero de ser así seguramente se lo diría en la cara, no obstante, la evitaba por instinto, algo le impedía estar con ella más de cinco minutos.
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Se fue a acostar a su cama, se acercaba la medianoche, debería dormirse ya en vez de estar pensado cosas sin sentido, cuando repentinamente llamó su padre.
—¿Papá?— contestó el teléfono rápidamente al ver su nombre en la pantalla.
— Después de revisiones exhaustivas y negociaciones por fin logramos cerrar varios tratos millonarios y conseguir nuevos inversores, ¡el proyecto fue un éxito!
—¿¡Enserio!?— sonrió y se sintió dichosa, su trabajo por fin rindió frutos.
— Sí, solo quería avisarte, en vez de esperar hasta el lunes en el trabajo. Sin tu esfuerzo y dedicación esto no habría sido posible.
— Bueno, no fui solo yo, todos lo hicimos muy bien...
— Mi niña, siempre tan modesta... bueno, solo llamé para darte la buena nueva y que durmieras con ese sentimiento de victoria, nos vemos el lunes cariño, descansa.
— Tu igual papá, descansa, bye— colgó y comenzó a saltar en la cama llena de euforia.
Annya estaba tan feliz que quiso notificárselo a Keith, él también le ayudo mucho, ya era un poco tarde, Charles se fue por cuatro días a Beijín de viaje de negocios, además, solo iría un momentito para verlo, nadie lo sabría.
Traía un camisón muy ligero, así que se puso una bata y por si acaso se fue descalza para que ningún sirviente la escuchase, a veces había alguno que otro rondando asegurándose de que todo estuviera en orden.
