—«¿Pero qué carajo está pasando?»— se preguntó Erika enmudecida, hasta que la voz de Lilian la regresó a la realidad.
— ¿Por qué hiciste esa tontería?— reclamó la secretaria
— ¿Quién era ésa?
— Ésa, como tú la llamas, es la nueva señora Hamilton.
— ¿QUÉ?
— Si, desde hace más de un mes se casaron, y antes de eso estaban saliendo.
La noticia la dejó muy consternada, ¿cómo es que nunca se enteró?, seguro que ésa solo quería sacarle dinero a su jefe, seguro esa zorra lo sedujo... Y ¿desde cuándo a Charles le gustaban mocosas sin ninguna clase de encanto?, esa y otras preguntas inundaban su mente.
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Mientras tanto en la oficina de Charles.
— ¿Para qué me llamaste?— inquirió Annya.
— Siempre al punto — suspiró el hombre—. Tengo malas noticias.
— ¿Qué sucede?— se preocupó por un momento.
— En dos días me marcharé a Londres, hay un enorme problema con la sede británica, que requerirá cinco meses de mi tiempo.
Annya sonrió internamente, estaba bromeando ¿cierto?, ESAS ERAN ESTUPENDAS NOTICIAS, no tendría que tratar con él, así que hizo uso de todo su decoro para no saltar de alegría, ¿quién extrañaría a este bastardo?, ella no, eso era seguro.
— Entiendo, que tengas buen viaje~
Hizo amago de retirarse, pero Charles la abrazó por la espalda y comenzó a besar su cuello, algo indignado por su leve expresión risueña.
— Mi "amada" esposa, eres tan graciosa... sin embargo, aún no he terminado, necesito saber si ya estás embarazada— decía, acariciando su vientre sugestivamente desde atras—, sé que es pronto, pero hemos trabajado mucho en eso, mañana te llevaré a una revisión, estos días no podré volver a casa, aunque podemos intentarlo una vez más hoy.
La empotró contra el escritorio y le subió la falda bajándole la ropa interior. Le gustaba que se tensara cada vez que la tocaba, le daba placer saber que tenía el control, a su tiempo conseguiría domar a esa fiera, pues el fuego de rebeldía en sus ojos cada vez que lo hacían, solo provocaba más su lado sádico.
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Erika esperaba ansiosa a que ellos salieran, ya llevaban mucho tiempo a solas, ¿qué tanto estaban haciendo es esa oficina?... Pasadas dos horas por fin salió esa chica, lo disimulaba bastante bien, no obstante, ella podía verlo claramente, esa mocosa había tenido sexo con Charles, y la odió aún más por eso.
— Señorita Blossom, venga en este mismo instante— ordenó el jefe por el interfon.
Obedeciendo, rápidamente acató la orden, y en cámara lenta cruzaron camino, Annya la ignoró, pero Erika le lanzó una mirada irritada, calmándose cuando entró a la oficina.
— Aquí estoy señor Hamilton, ¿qué desea?— preguntó con un tono dulce, esperando que olvidara en incidente de hace rato.
El hombre se mantuvo estoico.
— Hay algo de lo que debo hablarte. Me acompañaras a la sede inglesa, hay mucho que hacer, necesito que acomodes el itinerario por cinco meses de acuerdo a la información que te enviaré en breve, nos iremos en el jet privado en dos días, prepara todo.
— Si señor— respondió sonriente, en vez de regañarla por el problema anterior, la premiaba llevándola a viajar con él para pasar cinco meses juntos.
Se iba a retirar para ponerse a trabajar a toda prisa, cuando Charles la detuvo.
— Una cosa más, señorita Blossom.
— Si, dígame señor— volteó feliz sin esperar la bofetada que recibió.
— No vuelvas a atreverte a faltarle al respeto a mi esposa.
— L-lo siento señor, f-fue un malentendido, yo... yo no sabía... s-se lo juro— se justificó descolocada, y él se calmó un poco.
— Lo dejaré pasar esta vez, solo porque eres eficiente y siempre cumples con todas mis exigencias. Es todo, puedes irte.
Se dio la vuelta, regresando a su escritorio a trabajar sin siquiera mirarla.
Erika escondió sus lágrimas y salió de ahí para irse a llorar al baño.
Dentro del lugar, la asistente empezó a despotricar.
— Charles nunca me había lastimado, hoy no solo quede en ridículo, sino que también me hizo esto... ¡mierda!, todo es culpa de esa perra que salió de la nada, como se atreve a casarse con mi hombre, esa bruja me las va a pagar. Y empezaré reclamando lo que es mío, estos cinco meses me vienen como anillo al dedo, no debo dejar escapar esta oportunidad, le demostraré que él y yo somos el uno para el otro.
Lo que no sabía, era que en realidad le estaba haciendo un favor a Annya.
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Sobrevivir al matrimonio
RomanceUna boda por contrato con un magnate que le dobla la edad, y un hijastro que intentará seducirla para deshacerse de ella. Romance, traición, intriga, crimen, desesperación... ¿Podrá Annya sobrevivir a una guerra familiar?