*Nota: puede contener algo de violencia que pueda molestar a la audiencia, leer bajo sus criterios a pesar de que no sea tan explícito. Gracias*
-¿¡Estás loca o qué te pasa!? -los regaños de Sam fueron incrementando desde el momento en que llegó a mi casa y vio mi fachada criminal.
-Necesito que te lo lleves -le supliqué.
-Ni de locos, no pienso formar parte de todo esto, ¿Qué hay si me meto en problemas por esto Alex?
-Te juro que nadie se meterá contigo, solo tienes que llevarlo a esta dirección -le mostré un papel- es un hospital cercano, nadie hará preguntas y nadie divulgará nada, lo atenderán de la mejor manera posible -estaba desesperada, no quería que esto se saliera de control- ni su padre ni su hermano deben saber de esto, cuando Jeff despierte debes decirle que me fui de aquí, no puede volver a buscarme, esta vez me entregaría definitivamente.
-¿Qué quieres lograr con todo esto, Alex? -su voz ahora sonaba un poco más decepcionada que antes- al chico que te gustaba mira lo que le hiciste, pudiste matarlo.
-Poseo conocimientos básicos para no dañar arterias ni órganos esenciales, esta era la única opción, él...él me dijo que sacando a Jeff me daría lo que me faltaba para la operación.
-Siempre pensé que podías ayudarlos de una manera más digna, pero veo que nunca pudiste cambiar de parecer -razonó un momento para luego dar un largo suspiro- está bien, me lo llevaré, ¿En cuanto dices que despertará?
-En un día, así que tiene que ser rápido...Sam, te lo agradezco -la miré con mis ojos brillosos, las lágrimas amenazaban pero no era el momento, no esta vez.
Antes de poder llevar a Jeff al auto de Sam, tomé las fotos necesarias y toda las pruebas que quería el jefe para creerme que él ya no estaba en este mundo, pensaba que las fotos eran algo muy básico y poco creíbles, pero no podía llevar nada más, al momento que me hubiese pedido su cabeza, estaría perdida.
Arreglé un bolso con algunas cosas esenciales, ropa, unas pocas armas de bajo calibre, dinero y mis químicos, también guardé entre mi ropa aquel diario que había pasado tantas cosas conmigo, no iba a hacer una actualización de lo que pasaba, no iba a colocar una mancha de sangre nueva en sus hojas, iba a esperar el momento adecuado para hablarle de mi nuevamente, ya que, tenía pensado escapar.
Ayudé a Sam a llevar el cuerpo de Jeff, se hizo complicado para dos chicas menudas como nosotras, pero aún así, pudimos hacerlo, por suerte, no había algún vecino o alguien que delatara aquello que estábamos haciendo, una vez dentro, le di la dirección correcta a Sam del hospital donde tenía que ir.
-¿Tú no subirás?
-No, tengo que entregar todo esto, después de que obtenga el dinero, necesito que se los lleves, no tengo la valentía suficiente para presentarme ante ellos, eso sería lo último que te pediría.
-¿Qué harás después? -la preocupación inundaba su rostro, pero solo pude sonreír aparentando que no tenía miedo a lo que venía.
-Solo arreglar cuentas...Gracias otra vez, Sam.
El auto empezó a andar y se perdió de mi vista en unos minutos, yo fui en la dirección contraria, tenía que ir a ese tedioso lugar a entregar las pruebas que me darían mi supuesta libertad. El edificio estaba más vacío que de costumbre, no me daba buena espina.
Subí hasta la oficina del jefe, abrí la puerta y un golpe en la cara que me arrojó al piso, fue lo que me dio la bienvenida.
-¿Pero qué...?
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Mi diario manchado en sangre
Short Story¿Qué pasa cuando la mejor sicaria de toda Arica se enfrenta a lo que parecía ser su mayor miedo? ¿Qué pasó con aquel niño rico que solía ser un despiadado descuartizador?