Capítulo 9

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   "Día 135. Han pasado 3 días desde que hablamos con Jeff sobre quiénes éramos en realidad, y a decir verdad, me siento mucho más aliviada. Estos días Jeff se ha quedado conmigo, ya que ni siquiera me he levantado para salir de la casa, solo tengo voluntad de escribir en ti, diario, y el solo pasar de tus hojas para contemplar las manchas carmesí, me mejora un poco el ánimo, aunque no es solo eso, la estadía de Jeff aquí también ha ayudado...desde que le prometí hace unos días que lo amaría más de lo que él me ama a mí, hemos estado juntos, no sé si llamarlo ya una relación, pero los dos nos queremos....No pensé que algún día anotaría esto en tus páginas querido diario, pero solo quiero que veas que mi vida tiene otro rumbo y quizás sea mejor al de antes. Tuya, Alex."

Cerré mi diario esperanzada de que en verdad así fuera y mi vida tenga otro rumbo. Me acomodé en mi cama y abracé la almohada, sabía que pronto llegaría el día en que tenía que ir a desafiar a ese narcotraficante, y cuando pasara eso, no quería que Jeff sufriera.

***

A la mañana siguiente, era sábado por lo menos, me levanté con un poco más de ánimo que otra veces y tuve el valor de poder ir a desayunar con Jeffrey que aun seguía aquí en mi casa. Era raro en parte tenerlo aquí todos los días, bajar y que siempre me sorprenda con algo nuevo de desayuno, ahora cuando lo vi, estaba haciendo unos huevos fritos, tenía jugo de naranja y en la mesa había puesto unas flores, para mi sorpresa rosas blancas.

-¿No te cansas de ser tan hacendoso?- le pregunté divertida.

-Buenos días –me contestó de vuelta- pues para nada, si es para ti que hago esto lo haría mil veces más- eso sin duda me ruborizó.

-Pues bien, ya no sé qué decir –me reí- ¿ha habido alguna noticia? ¿Nadie ha llamado?

-Hasta el momento el teléfono no ha sonado, estoy pendiente de todo –terminó los huevos fritos y los sirvió- espero te gusten.

Me senté luego de que terminó de servir toda la mesa, y él hizo lo mismo un tanto después, al principio comimos en silencio, lo notaba preocupado solo por su mirada.

-¿Pasa algo?

-Nada-me contestó algo pensativo.

-Vamos, sé que hay algo que me ocultas –le seguí insistiendo hasta que me lo dijo todo.

-Es solo que...no quiero que vayas por ese narcotraficante –sus palabras retumbaron en mi cabeza- no quiero por el hecho de que es peligroso y no quiero que ese desgraciado pueda hacerte algo.

-Jeff es mi trabajo, no he renunciado a él y debo hacerlo lo antes posible, así podrá terminar esta tortura.

-No estoy de acuerdo- su voz sonaba más seria de lo normal- quisiera retenerte pero sé que no me harás caso e irás de todas formas.

-Tienes razón, debo decir que has aprendido a conocerme-solté y lo miré- deja de preocuparte, sé lo que tengo que hacer –acaricié su mano y a duras penas le sonreí, sé que no es eso lo que quiere, y para ser sincera, yo tampoco.

Gracias a este embrollo el día no fue para nada satisfactorio, el ambiente estaba tenso y no había forma de cambiarlo, y cuando pensaba que ya nada podía empeorarlo sonó mi teléfono.

-Me tengo que ir -le comuniqué a Jeff tomando mi sudadera y saliendo a toda prisa. No esperé a que me dijera algo porque si lo hacía, de seguro no iba a ir a mi destino.

Caminé lo más rápido que pude, no sé porqué querrá verme con tanta urgencia el jefe, desde que me dio este trabajo e intentado, aunque a sabiendas que iba a pasar si o si el hecho de que de alguna manera me reclutaría.

Unos cuantos pasos más y llegaría al edificio, esto era extraño, eran las 3.30 pm y no había ninguna persona en la acera y menos había gente cuando entré al edificio. Fui directo a la oficina del jefe y estaba de brazos cruzados en su escritorio mirando el vacío. 

-Llegaste -pronunció con una voz tan rotunda que hasta me dio miedo- temía que te acobardaras y dejaras todo atrás. He pedido a todo funcionario de este edificio que se preparen porque tu objetivo ha llegado a Chile. 

Solo de escuchar eso tragué pesadamente, llegó el día, su voz me sacó de mis pensamientos.

-Si pensaste que te iba a dejar a tu suerte en esto, estás equivocada. Irás con un grupo encubierta hacia su base, sabemos que este tipo no va a ser fácil, y tampoco queremos que te descubran tan rápido. No te gusta trabajar en equipo pero no tienes opción. Mañana a primera hora en este edificio, estará esperando un furgón con 10 de mis hombres que te acompañarán en tu misión. No van a interferir en tu blanco, pero lo que si, su trabajo será traerte de vuelta a como de lugar después de terminado el tuyo-tomó aire y una expresión triste inundó su rostro-  eso es todo. Retírate.

Mi diario manchado en sangreWhere stories live. Discover now