Capítulo 12

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-Hija de...-logró decir en el suelo aun retorciéndose mientras intentaban frenar la hemorragia en su brazo.

-Tienes suerte, es lo único que te diré -di la vuelta y eché a andar con mi mochila, tenía un plan para poder entrar, era simple pero tendría que poner a prueba mis dotes físicos- David -llamé antes de irme- quédense en un lugar donde pueda encontrarlos una vez terminado esto.

-S-si -ante su aprobación marché.

Caminé una hora y media por el desierto, hacía calor pero no el suficiente para deshidratarme por completo, aunque sí mi ropa iba empapada en sudor. Ese era el comienzo de mi plan, no era la ropa que esperaba usar, ya que iba con unos jeans negros ajustados y una camiseta que llegaba hasta la mitad de mi abdomen, tenía más sensuales que eso, pero por mientras serviría. A unos cuantos pies de mi, visualicé la entrada, dos tipos armados cuidaban la puerta que con mucho cuidado podía verse, era mi oportunidad de entrar. Con una daga rajé un poco la camiseta dejando que se viera un buen escote, también le hice algunos cortes al jeans, me despeiné un poco y salí a la acción. 

-¿¡Quién anda ahí!? -dijeron al unísono ambos hombres apuntando con sus metralletas, debo admitir que si me dio miedo al principio. 

-¡No disparen! -grité levantando los brazos, la calibre 25 estaba junto a mi suéter que yacía en mi mochila- llevo horas deambulando, solo quiero un lugar para descansar, no sé donde estoy. 

-¡Aquí no se aceptan forasteros! -rugió uno aun apuntando, pero pude apreciar en el otro que había bajado la guardia.

-¡No les pido nada más! solo un rato para poder descansar y pedir indicaciones -caí de rodillas al suelo, simulando estar exhausta, pude percibir que el escote daba resultado ya que no estaban mirando mis ojos precisamente. 

-¿Que hacemos con ella? -preguntó el que había bajado la guardia primero- no podemos dejarla y que muera aquí en el desierto.

-¿Desde cuando eres tan humilde, Tobías? -lo regañó el otro tipo.

-Buck, no podemos -Tobías y Buck, vaya nombres- iré a preguntarle "al Gran" que podemos hacer con ella.

-No, no vayas -Buck se acercó a mi y con sus manos toscas agarró mi cara y la giró para ver mis facciones, luego tiró de mi camiseta y un poco del brasier para darle un vistazo a mis pechos- no creo que "el Gran" haga problema por esta hermosura. 

                                                                                       * * * 

Más tarde, luego de varias horas y no sé como, me encontraba en una habitación que "el Gran" había designado para mi. Buck y Tobías le contaron lo sucedido y él vendría a hablar personalmente conmigo, por lo cual me dedicó una habitación sin que estos chicos pudiesen entrar, lo que provocó la irritación de Buck, al parecer se había entusiasmado conmigo. Vaya idiota. 

Las horas pasaban, ya estaba adentro, me encontraba hecha un desastre y el famoso "Gran" no aparecía. Decidí ocupar el cuarto de baño que tenía aquella habitación, tenía que empezar la siguiente fase de mi plan, ya que matarlo cuando venga sería demasiado fácil y en verdad la situación puede darse vuelta perjudicándome. 

Ocupé todo el tiempo que pude, ya había elegido mi ropa y estaba sobre la cama, elegí un vestido algo atrevido para la primera impresión. Salí envuelta en una toalla dando la espalda a la puerta, iba a soltar el nudo de la toalla y me percaté que había alguien. 

-Lindo tatuaje -una voz ronca y al principio sexy se oyó por la entrada de la habitación, me asusté y me di vuelta, agradecí no tener ninguna daga o arma, o sino ya se hubiese venido todo abajo- tranquila, perdón por asustarte, entra y cámbiate, te esperaré aquí. 

Sonrojada y malhumorada tomé el vestido y entré nuevamente al baño. Al cabo de unos 15 minutos ya estaba afuera, con mi cabello húmedo que llegaba más abajo de mi trasero, no iba maquillada, y el vestido me iba muy bien, ya que el visitante no tardó en dirigir la mirada hacia abajo. 

-Ahora veo que ya estás lista -se levantó de la silla en que estaba, era más alto que yo, moreno, de hombros anchos y figura envidiable, con una sonrisa que enamoraba a cualquiera, ojos café, ¿Cómo es posible que sea a quién tengo que matar?- perdón lo de hace un rato, pero me informaron sobre ti y quise venir personalmente, no contaba con que ibas a estar bañándote.

-No hay cuidado -desvié la mirada sonrojada, diablos, este tipo me ponía nerviosa- estaba hecha un desastre por todo lo que caminé en el desierto, necesitaba un lugar donde pedir ayuda.

-Es una suerte que encontraras este lugar y mis hombres te dejaran pasar, sería un verdadero desperdicio dejarte ir así nada más -seductoramente tomó mi barbilla entre sus dedos y sonrió- eres muy linda, nunca tenemos la suerte de encontrar a chicas como tu por estos lados.

-¿Ah si? -comencé a seguirle el juego- y ¿Qué lados serían estos específicamente? -noté que su seducción se había acabado al preguntar demás, retiró su mano y se ordenó el traje con el que andaba.

-Un lugar del que no se permite hablar, si gustas puedes quedarte hoy, pero pronto tendrás que partir muchachita, si te quedas mucho tiempo te arepentirás -sonrió y se encaminó a la salida. Maldecí, tuve mi oportunidad de sacar más información, comprobar que él era el objetivo que yo buscaba, pero odié su amabilidad y su seducción, fui débil y ahora tendré que estar aquí más tiempo. Solo espero no arruinarlo.

Mi diario manchado en sangreWhere stories live. Discover now