Capítulo 8

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-¿Por qué?-susurré con mis manos cubriendo mi cara- ¿por qué? ¿¡Por qué no puedo matarte!?

El cuchillo clavado en el suelo, a un costado de su cabeza, su expresión de miedo y desesperación por zafarse de mí, ¿qué acabo de hacer? Me separé de él sin dejar de cubrir mi rostro, torpemente así me levanté y traté de correr hacia mi habitación, pero sentí su mano firmemente en mi brazo...después de esto, seguramente me entregaría.

-¡Déjame Jeffrey! Después de esto lo único que querrás hacer es...-mis palabras fueron calladas, ¿qué está haciendo? ¿Por qué me está besando?

Me apegó a él de una manera protectora y me abrazó después de ese beso, no entendía nada, mis lágrimas caían por inercia, traté de matarlo, ¿qué estaba pensando?

-¿Estás mejor?-me preguntó y se separó de mí un poco. Mis lágrimas nublaban todo pero mi expresión aún era confusa, él se dedicó a secar cada gota- Alex...

-Déjalo así-me aparté y sequé mis ojos, luego tomé el cuchillo y lo apunté- ¿qué fue eso? ¿Por qué después de lo que hice me besas? ¡Casi te mato! ¡Dijiste que si encontrabas a la sicaria la entregarías y le darías pelea antes! Eso estoy esperando Jeffrey.

-Alex...no voy a entregarte-quiso acercarse a mí pero seguí con el cuchillo en alto.

-¡No te acerques o volveré a atacarte!

Hizo caso omiso a mis advertencias y logró quitarme el cuchillo para colocarlo en mi garganta, rayos, era rápido.

-¿Quieres esto acaso? ¿Qué actúe como tú? ¿Qué niegue lo que siento por ti? ¿¡Es eso!?

-Pero dijiste...

-¡Cállate!

Ya no sentía el frío del cuchillo en mi garganta, cuando abrí mis ojos con claridad, vi que lo había dejado en la mesa y se había apartado de mí un poco para tomar mi rostro y hacer que lo mirara. Quizás mi mayor miedo era que él me rechazara por lo que iba a decirle y que se alejara de mí...desde que lo conocí nada fue igual, invadió mis sentimientos, eso estaba claro.

-¿Mejor?-volvió a preguntarme mientras secaba mi última lágrima y yo asentía-me parece, porque tendremos tiempo de hablar sobre esto.

El mediodía se hacía presente. Me encontraba en mi habitación recostada mientras Jeffrey cocinaba algo. Por inercia tomé mi diario y empecé a hojearlo, cada mancha, cada descripción...todo, hasta que llegó Jeffrey con una bandeja con comida.

-¿Qué lees?-me preguntó curioso mientras se sentaba a mi lado.

-Es...es mi diario...-le confesé y pude ver que él puso una sonrisa traviesa.

-¿Aun tienes uno?

-No pienses que es como cualquier diario...tiene mucha historia-se lo enseñé y pasé las páginas rápido para que viera en cada hoja las manchas carmesí que dejaba después de eliminar a mis víctimas.

-¿Crees que puedas explicarme que pasa aquí?

-Lo intentaré- le dije con una expresión triste y mirando al suelo- llevo tiempo en esto...se ha vuelto mi trabajo acabar con las personas que solo ocupan aire que les sirve a otras, además se ha vuelto como mi nuevo hogar, porque a los 17 escapé de mi casa y desde entonces no he regresado. "El negocio" como le llamamos, efectivamente está por estos lados...sí, soy la mejor que tienen, soy la única chica que hace mejor el trabajo, todo lo que tengo, es por el "sueldo" que me pagan por los trabajos que hago, inclusive, el día que nos conocimos...tu recogiste mi carpeta...en ella traía el nombre de una víctima, y donde su sangre prevalece en mi diario...desde ese día, para mí todo dio un giro, te conocí, nos hicimos amigos, inconscientemente te empecé a querer, y últimamente mi miedo encontrado, es que me rechaces o te alejes al saber quién soy. Cuando me hablabas de ti, tenía mucho miedo que algún día en una carpeta viniera tu nombre o el de tu padre...para mí nunca fue un objetivo sacarlos del mapa, y si me lo pidieran...no lo haría.

Mi diario manchado en sangreWhere stories live. Discover now