Capítulo 2

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"Día 102. Una nueva mancha sobre ti querido diario, perteneciente a otra escoria. Debo reconocer que fue algo fácil, desde que el jefe cambia un poco las personas en donde me enviará, siento que son más fáciles y que mis habilidades pierden algo de brillo. Espero que a la próxima me tenga un reto de verdad. Ah sí, también hoy conocí a un extraño chico cuando salía con la carpeta de los datos de mi víctima. Su nombre es Jeffrey y al parecer le llamó mucho la atención mi nombre, porque estuvo rato observándolo de la carpeta. No quiero insinuar que algo pasa porque conocí a ese chico. No. Sabes bien que no puedo enamorarme de alguien que un día puede cambiar mi forma de pensar y me haga dejar mi trabajo, porque eso nunca pasará, antes muerta. Adiós. Alex."

Dejé mi diario a un lado, y me recosté en mi cama, estaba feliz porque mi diario ya tenía una nueva mancha en sus hojas. Me puse a pensar en todas aquellas personas que había asesinado, con toda la sangre que he manchado mis manos. ¿Es realmente lo que yo esperaba? Siempre me pregunto qué hubiese pasado si no hubiese dejado mi hogar a los 17 para buscar algo que me gustara. Han pasado 7 años y en estos 102 días encontré la respuesta después de mucho. Como sea, con todo lo que he hecho, es muy difícil que en mi casa vuelvan a aceptarme, por eso ya no tengo contacto con ellos, de seguro piensan que ya estoy muerta, pero en fin, mi trabajo es mi trabajo y vivo bien con ello.

La alarma sonaba y no podía apagarla para poder seguir durmiendo un rato más. Cuando por fin lo encontré, me di cuenta que eran las 8:30 am, llegaba tarde a reportarle al jefe que había cumplido con el encargo, me levanté un poco de mala gana, busqué ropa cómoda, hoy solo fue un suéter con unos pantalones jeans simples. Preparé mi desayuno y encendí el televisor para ver que noticias había de interesante, y en un cambio de canal, en los titulares de un noticiero puedo leer "Empresario bancario Eduardo Gómez encontrado muerto en su casa" no pude evitar sonreír por tal logro, y por lo que comentaban, no habían pistas de quien pudo haber sido, no hay huellas ni nada, se abrirá una investigación de 60 días para ver si encuentran algo que indique quien fue. "Ilusos" pensé y me reí, con mi estrategia borrando cada pista nunca podrán encontrarme. Terminado mi desayuno, me dispuse a salir, cerré mi casa y caminé, curiosamente cuando iba llegando al edificio donde se encontraba el negocio (que a todo esto parece un edificio normal, nadie sospecha que viene cada sicario aquí) encontré a Jeffrey mirando la entrada dudoso de si entrar o no.

-¿Jeffrey?-pregunté cuando llegué a una distancia prudente de él.

-¿Alexandra? Hola- me sonrió.

-¿Qué haces por aquí?

-Siempre me ha llamado la atención que hacen las personas en este edificio-me explicó- ¿qué clase de trabajos harán? ¿Tú sabes algo?-rayos, algo debo decirle.

Hmm me temo que tampoco sé-no tengo más que decir, quizás me descubra- ¿piensas entrar para averiguar?

-Me da mala espina, no quiero encontrarme después con una tropa de sicarios- se rió, pero su broma me congeló la sangre y me puse nerviosa- bueno, creo que no tengo que hacer aquí, mejor me iré. ¿Vas a alguna parte? Puedo llevarte.

-Ehh...- "vamos di algo"- no gracias, voy cerca no te preocupes.

-Está bien, nos vemos Alexandra- se despidió, entró a un auto Susuki que había estacionado y se fue. Al fin pude respirar bien, casi me vi descubierta por un momento, pero aun así antes de entrar, me aseguré que su auto se haya alejado lo suficiente y entré al edificio.

Fui directo a la oficina del jefe, en el camino me topé a los demás sicarios que allá hay, no digo que son mis amigos, porque sé que todos son lo bastante envidiosos para cambiarme los datos. Todos se dejaron manipular esa vez por Franco, y los que si consideraba mis amigos me atacaron por la espalda y nadie me dijo nada, pero es mejor así, soy una sicaria solitaria que hace bien su trabajo.

Mi diario manchado en sangreWhere stories live. Discover now