Cap 1: El adios eterno

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-Lo sentimos mucho, tu padre falleció en el
tiroteo, murio defendiendo a los suyos.

Era lo único que había escuchado en las últimas 3 horas, la gente no dejaba de entrar y dar sus condolencias. Odiaba que me vieran con lastima, cómo la pobre chica que se quedó huérfana a los 17 años, olvidan que mi tío está conmigo, olvidan que no estoy sola en el mundo, aunque muchas veces así es como me siento.

- Señorita, me mando su tío a preguntarle que si desea comer algo - era Lola
- No gracias Lola, así estoy bien

Lola había trabajado para mi padre desde mucho antes de que yo naciera, me cuido los primeros años de mi vida hasta que me fui a vivir con mi abuela materna, luego ella murio y mi tío me llevo con él y su esposa, mejor dicho mi tía.

A pesar de haber conocido a mi abuela materna, nunca supe de mi madre. A ella también la había abandonado.

En realidad "mi tío" no es hermano de mi padre, es su mejor amigo, por esa razón desde que crecí lo he visto cómo mi tío y él me ha cuidado como su sobrina.

No tengo que contar mucho de mi vida, viví con mi padre hasta mis 12 años, las cosas cambiaron porque una vez casi me asesinan camino a casa. Mi padre no quería perderme cómo lo había hecho ya con mi supuesta madre, quién se fue por no aceptar la vida que llevaba mi padre.

Aveces me gustaría entenderla, pero no entiendo cómo fue capaz de dejar a su hija recién nacida y a su esposo, a ese hombre que dio lo mejor de sí por ella. No, no estoy diciendo que mi padre fuera una santa paloma, era un mafioso, hacia sus cosas oscuras y hay muchas cosas a las cuales les tengo dolor, pero yo no podía dejarlo. Hubo un tiempo muy largo de mi vida donde quería hacer que mi padre se alejara de este mundo, que tuviéramos una vida normal, lo creí posible por la vez que casi me matan, pero eso solo le dio más fuerza para buscar a mis posibles asédienos y volverlos añicos, nunca me hablo de quienes eran, no le gustaba que me metiera en esos asuntos.

La vida de mi padre en este mundo comenzó desde sus 16 años, cuando mi abuelo lo obligó a  hacer cosas de las cuales prefiero no hablar.
Al igual que mi padre, a los 14 años aprendí a usar armas y aprendí defensa personal, nunca he tenido la necesidad de utilizar un arma o tener que utilizar mi fuerza para defenderme pero siempre es bueno saberlo.

La madrugada se estaba acercando, la gente dejaba de irse, solo estaban los empleados de mi padre, mi tío y los amigos más cercanos de mi padre que son parte de sus empleados.

-Señorita Adams, necesitamos hablar con usted - dijo Kendall, uno de sus principales empleados
- Claro, que sucede - dije
- Aquí no, vamos al despacho de tu padre - dijo mi tío
- cómo se les ocurre que vamos a dejar a mi padre aquí solo
- yo me quedó - sonrió Lola

Acepte a regaña dientes y nos fuimos a los autos, al llegar a casa entramos al despacho y todos los recuerdos llegaron a mi. Sentí que mi tía tomo mi mano y me sonrió.
Nos sentamos y la silla que  estaba detrás del escritorio quedó ahí vacía, sentía aún su aroma impregnado en cada rincón de este lugar, pues aquí pasaba la mayoría del tiempo.

- que es lo que necesitan? - dije rompiendo el silencio que había
-tu padre antes de morir, nos dijo algo, mejor dicho nos dejo una orden - musitó -
- Theo nos pidió que habláramos contigo para que fuera su sucesora y todos creemos que es lo mejor
- es una broma cierto? - dije
- no cariño, no lo es - hablo mi tía
- ustedes saben perfectamente que no me gusta este mundo, siempre me mantuve alejada
- lo sabemos, pero eres la hija, debes seguir con esto
- Estoy terminando el colegio, como me pueden pedir que abandone todo para hacerme cargo de esto?  - dije alterada
- necesitamos una respuesta - amenazo Kendall- ocúpanos que alguien quede a cargo y debes ser tu
- a mi no me apresuras a dar una respuesta - dije sería -  mi respuesta es un no, lo siento
- Madison por favor - resopló mi tío
- respeten esto, al menos déjenme enterrar a mi padre en paz

Salí del lugar y me monte en uno de los autos, pedí que me devolvieran a la capilla de velacion y así sucedió.

Al llegar al lugar vi que estaba David Jhones, un viejo amigo de mi padre que al tiempo lo traicionó. Se su historia pues la escuche una vez de mi padre que le contaba a mi tío y yo me puse a escuchar todo.

- Creo que eres la última persona que tiene derecho a estar aquí
- Madison! Pero cuanto has crecido - sonrió -
- David te voy a pedir que te retires
- Vengó a despedir a un viejo amigo
-No llames amigo a mi padre, un amigo no traiciona como lo hiciste tu
- Veo que estás enterada
- Lo suficiente para no querer que estés aquí
- No me vas a obligar a irme, estás aquí sola. No hagas berrinches de niña
- Si no te vas hago que te saquen de aquí pero en un ataúd - dije sacando un arma que había guardado atrás de mi pantalón, por si algo salía mal
-Pero que están viendo mis ojos! La pequeña Madison que jugaba conmigo ahora me apunta con un arma - se empezó a reír - no eres capaz de darle un tiro ni a una mosca
- No me hagas mostrarte que si puedo dándote uno en medio de tu cerebro
- Tranquila niña, mejor me iré. Se dice por ahí que vas a ser la sucesora de tu padre, ya que tu tío se retirará
- de que hablas - dije bajando el arma
- No sabía que habían secretos entre familia - dijo riendo -adiós Madison, espero verte muy pronto

Mi tío no me había dicho que tenía planeado irse, me va a dejar sola, ¿por eso todos me trataban como una niña huérfana acaso?
Trate de ignorar mis pensamientos y fui a las sillas del frente, me senté ahí hasta que llegara el momento de despedir para siempre a mi padre.

•Entierro, 10am•
Estaban tirando la última tierra encima del ataúd de mi padre, las lágrimas no podía controlarlas por lo que todas mis mejillas parecían un mar.
Me agache para tomar un poco de tierra y tirarla junto con una rosa blanca.

Prometo no decepcionarte - susurre antes de tirar la tierra y la rosa -

Después de unos 15 minutos ya habían acabado todo, era un adiós para siempre, era un adiós eterno.

•Hija de la mafia• Tom Holland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora