HazelCecil nos esperaba en el templo a las diez de la mañana. Pero si mis ojos lagañosos no me engañan, el reloj digital rectangular de la mesita de noche afirma que son las dos de la tarde. Abro la boca en una exclamación silenciosa y atino a incorporarme, pero el brazo de Moon me sujeta contra su pecho cimbreante con un gruñido de molestia. ¡Y eso que le dije que mantuviera sus manos quietas!
Joder, es imposible que hayamos dormido quince horas.
—¡Moon, despierta! ¡Son las dos de la tarde!
Moon me responde con un plácido ronquido. Con furia comienzo a retorcerme para liberarme, logrando el efecto contrario. Enterrado en un amasijo de músculo, calor y feromonas, mi voluntad flaquea. Mi lobo se encuentra muy a gusto acurrucado bajo el peso del otro y se queja a los aullidos a mi tercer intento de quitarme al alfa de encima.
—¡Moon, un vampiro! ¡Hay un vampiro en la habitación!
Su nariz se arruga con disgusto, pero nada más. Oh, debe ser una maldita broma de la vida. Lanzo un largo suspiro. Podría alcanzar el vaso de la mesita para arrojarle el agua en la cara, eso si mis brazos no estuvieran aprisionados por los suyos.
No quería recurrir a esto, lo juro, pero es lo único que tengo a mano.
Tanteo con la poca movilidad que tengo hasta hallar muy por debajo una prominencia dura y calentita. La sangre se me apelotona en el rostro por lo que voy a hacer.
No pasará nada, tiene los pantalones puestos... vale, a la una... a las dos...
Muerdo mi labio inferior y, cuando cuento tres, atrapo con una de mis manos sus pelotas. Las estrujo en un punto medio de fuerza, no quiero lastimarlo, pero necesito que le duela. Me anoticio de mi éxito cuando Moon abre grande los ojos, y su rostro, que tan lleno de paz estaba por el sueño pesado, queda chistosamente rígido.
—Son las dos de la tarde —siseo.
—Esa es una peculiar manera de darme los buenos días.
Le suelto los cojones y finalmente soy capaz de liberarme e incorporarme a medias. Sin embargo, a los dos segundos un jalón me tumba de nuevo en el colchón. Moon me abraza y deja caer parte de su peso encima mío.
—Un ratito más —pide con la voz ronca, dándome un mordisquito en el cuello.
—¡¿Qué demonios?! —chillo y pataleo—. ¡Has dormido quince horas! ¡Cecil nos estuvo esperando!
—A la mierda Cecil.
—¡Alfa! ¿Acaso vinimos de vacaciones o qué? ¡Tenemos que seguir buscando a Seth!
—Me dejaste en claro que querías dormir. ¿De qué te quejas?
Mientras yo bufo y doy coces, Moon tiene plasmada una sonrisa astronómica en la cara y su ridículo hoyuelo aparece en todo su esplendor. Un rayo de sol que se filtra entre las cortinas le da de lleno, haciendo destellar sus colmillos impolutos y sus pestañas rizadas. A mi corazón le da un espasmo por la luminosa imagen. Diablos.
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EXTINCTION【Libro I】|Disponible en físico|
Fantasy《𝐀𝐁𝐑𝐀𝐊𝐀𝐃𝐀𝐁𝐑𝐀 #𝟏》 ❝𝕯𝖎𝖔𝖘 𝖍𝖆 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖔❞... Y su raza está maldita. ¿El amor será suficiente para salvarlos de la extinción? Tres años han pasado desde que Hazel Lothen tomó la decisión de rehacer su vida, lejos de su manada y d...