Esto ocurre en algún momento luego de la fiesta de cumpleaños de Moon y antes del viaje a Valantra ♡
◇
《 Hazel obtiene su licencia de conducir 》
—¡Vete! ¡No quiero hablar contigo, ni quiero ver tu estúpida cara!
—¿Estás celoso? —canturrea Moon. Se muere por jugar un poco con el temperamento explosivo del omega. Es como un gato manoteando una granada en lugar de un cencerro.
—¡Ja! ¡Ya quisieras!
¿Celoso? Pf, alfa apestoso, ¿quién se cree que es? —bufa Hazel en su fuero interno—, guiñándole el ojo a ese grupo de humanas babosas como un jodido gigoló. Avanza a las zancadas por el corredor del supermercado. El carrito de compras que acarrea zumba como un Bugatti, las rueditas rechinan y por poco no largan chispas. Incluso atropella el carro de un hombre de mediana edad en la intersección con otro corredor.
—Hey, idiota, qué...
Al humano se le atora el insulto en la garganta cuando sus ojos escalan por el largo y ancho del mastodonte que viene detrás del chico, y finalmente huye despavorido, girando hacia el lado opuesto con la cabeza gacha y las piernas presurosas.
El hecho cabrea todavía más a Hazel. Ahora también tiene el orgullo herido, y sus entrañas se aprietan con furia cuando oye la risita de su compañía.
—¿De qué te ríes, capullo?
—¿Estás celoso?
—¡Que no! —ladra, soltando el carrito para enfrentarlo con el pecho inflado—. ¿Por qué viniste? ¿No tienes nada más importante que hacer?
—¿Crees que voy a dejarte venir solo para que le entregues la yugular a un maldito vampiro?
—¡No hay vampiros aquí! Viví tres años en esta ciudad y mi yugular jamás fue atacada, pero, ¿ves esto? —Hazel señala la marca en su cuello, indignado, regando su alrededor con feromonas enfadadas—. ¡Fui mordido por un apestoso perro, arrogante y endemoniado, apenas puse un pie en Arvandor!
Se da la vuelta, sujeta con fuerza el travesaño del carrito y sale pitando a la sección de snacks para buscar la bolsa de nachos que le encargó Kuro. En Arvandor no venden snacks, son demasiado aburridos. Aunque comprar frituras no es el motivo que los trajo a este extraño instante de cotidianidad. Podría haber sido el "respiro" añorado si el alfa gilipollas no estuviera enamorado de la idea de tocarle los cojones.
Todo comenzó cuando Moon le enseñó su humilde garage con setenta carros de alta gama días atrás, la mitad de ellos superdeportivos. Le contó a Kuro sobre la ostentosa colección y esa misma noche robaron uno, un Gordon Murray naranja muy chulo.
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EXTINCTION【Libro I】|Disponible en físico|
Fantasy《𝐀𝐁𝐑𝐀𝐊𝐀𝐃𝐀𝐁𝐑𝐀 #𝟏》 ❝𝕯𝖎𝖔𝖘 𝖍𝖆 𝖒𝖚𝖊𝖗𝖙𝖔❞... Y su raza está maldita. ¿El amor será suficiente para salvarlos de la extinción? Tres años han pasado desde que Hazel Lothen tomó la decisión de rehacer su vida, lejos de su manada y d...