☽ Capítulo 17 ☾

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Llegamos de madrugada a Arvandor

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Llegamos de madrugada a Arvandor. Tanto el pequeño Gil como Erice y Srinna estaban por el quinto sueño, por lo que no tuvimos mayor recibimiento que el del clima templado y el singular cielo estrellado dándonos una afable bienvenida. Moon me obligó a ir a descansar a mi cuarto, y lo intenté, pero no sé en qué momento comenzó a darme pánico quedarme solo y cerrar los ojos. Bajo mis párpados la gente no deja de morir y los monstruos de rugir, como si algún brujo malvado hubiese pintado en ellos una fiesta del Infierno en una escena eterna que no avanza hacia ningún desenlace. Solo se repite en un bucle desesperante.

Ya estaba mentalmente agotado y sudoroso cuando decidí escindir el martirio, depositando una parte en mi cuerpo al comenzar mi rutina de pesas en el gimnasio. Moon se reunió conmigo a mitad de la mañana, luego de tratar con los asuntos de gobierno que le han retocado el smokey eyes natural de sus ojeras.

Casi no hemos hablado desde ayer. En verdad, casi no he hablado con nadie. Mientras más se empecinaban mis amigos en darme su palabra de consuelo, más asco sentía de mí mismo, al punto de que las náuseas volvieron a ser mi satírica compañía. Así que todos dejaron de intentar hablar conmigo, y también me dejaron solo, lo cual no me provoca asco, pero si terror. Estoy a punto de preguntarle a Moon sobre algún terapeuta cuando Gil irrumpe en el gimnasio, en pijama y con su conejo de peluche bajo su brazo. Se lanza como proyectil a los brazos del alfa y luego, para mi sorpresa, a los míos. Sus bracitos me envuelven con fuerza, bastante fuerza, denotando su complexión de alfa. Le doy unas palmaditas en la cabeza con un nudo en la garganta al recordar lo que Moon me contó sobre su familia. Gil me suelta repentinamente con su boca formando una O, como si acabase de tener una epifanía.

—¡Tío Rae! ¡Feliz cumpleaños!

Mi boca se ovala como la de Gil hace un momento. ¿Cumpleaños? Observo inquisitivo a Moon mientras Gil vuelve a abrazarlo. Me sonríe y mis latidos se descompasan.

—Venga, ya son suficientes abrazos por hoy  —le dice al pequeño, aunque no trata de quitárselo de encima realmente —. ¿Me has preparado pastel?

—¡Lo prepararé ahora! No sabía cuándo ibas a llegar, así que... lo siento...

Gil se apoca por no haber tenido el pastel listo. Es una monada.

—Me gusta cuando está recién hecho. Ve, que tengo hambre y Hazel también —le anima Moon —. Él nunca ha probado tus pasteles, estoy seguro de que los amará.

—¡Oh, es cierto! Tío Haz, ¿qué tipo de pastel te gusta?

—A-Ah... —balbuceo, afectado por el apelativo—. ¿No deberías preguntarle a Moon? El cumpleañero debe elegir el pastel...

—¿Moon? —repite el pequeño, confundido—. ¿Te refieres a Rae? Ah, no te preocupes, ¡puedo hacer dos pasteles! A Rae le gusta el de vainilla con crema y fresas, ¿y a ti?

Moon me está mirando con una expresión eminentemente rijosa, con las puntitas de sus colmillos visibles entre sus labios curvados y los ojos en ranuras. No puedo hacerme una idea de qué demonios está pensando, pero tengo por seguro de que este alfa ardería en llamas con solo una gota de agua bendita en su piel.

EXTINCTION【Libro I】|Disponible en físico|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora