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—Y no te olvides de limpiar bien por esa zona. —señaló Grillby un espacio del bar teniendo como respuesta un gruñido por parte de quien vestía un delantal rosado.
Sí, era no más ni menos que el mismísimo Fell.
—¿Lo estás disfrutando verdad? —este le vio con una mirada que sería capaz de sepultar a cualquiera a diez metros bajo tierra. Pero el monstruo de llamas ni siquiera sentía una pizca de terror.
—Claro que lo hago. Te he ayudado durante mucho tiempo y esto es lo mínimo que puedes hacer por mí.
—¿...Pero era necesario este delantal? —Grillby aguantó una carcajada detrás de su mano.
—Por supuesto. —respondió con un tono neutral.
Se mantuvieron en silencio mientras Fell seguía barriendo el piso del bar, no podía creer que lo que menos le molestaba era limpiar si no el hecho de que cuando alguien entraba escuchaba perfectamente las burlas y risas ajenas.
Respiro hondo. No, no podía mandar todo su auto control a la mierda.
Cambio mucho en poco tiempo, apenas se reconocía. Antes no soportaba que cualquiera le insultase porque empezaba una pelea y ni recordar cuando se emborrachaba, era mucho peor. Siempre le hacía señas groseras a su hermano.
Su hermano...
¿Cómo estará? Espera. ¿De verdad le importa?
Se detuvo.
La verdad es que sí. Le importaba su hermano a pesar de que se alejaron desde el momento que empezó a trabajar en el café. Solo sabía que salía seguido a saber quién sabe que, siempre fue muy reservado con lo que hacía.
Eso y porque si le preguntabas algo te mandaba a la mierda.
—¿Aún no has avanzado en la investigación? —apenas se percató que la puerta del local estaba ahora cerrada y las cortinas abajo. Fell miró a su amigo.
—Nada todavía, apenas revisamos las cintas de video como locos y no encontramos nada extraño.
Se mantuvieron en silencio. Grillby estuvo acomodando algunas sillas mientras terminaba de limpiar las mesas.
—¿Y no has hablado con...? Ya sabes, tu amigo hiperactivo. Siempre olvido su nombre.
Fell hizo una mueca incomoda.
—No me lo recuerdes. Me ha estado evitando desde entonces.
—Huh, eso es muy sospechoso. Si no tiene nada que ocultar debería hablar contigo sin temor a nada.
Tenía un punto, más había un pequeño detalle muy importante.
—Su hermano no quiere que hable con él, no desde... lo sucedido. —Grillby sabía lo que paso, así era la confianza que Fell le tenía. Claro que no dio detalles como que fue su culpa que la humana escapara y mucho menos que no se lo ha dicho a Papyrus.
—¿Hermano sobre protector, eh? No es por nada pero si estuviera en sus zapatos tampoco dejaría que te acercaras.
—Gracias, aprecio tu honestidad. —dijo con cierto sarcasmo.
—Oye, sabes que estoy de tu lado. Te conozco y sé que serás un idiota, grosero, rebelde, egoísta...
—Ajá... ¡Oye! ¡No tienes que ser tan específico!
—Malhumorado, bipolar... —continuó nombrando mientras enumeraba con sus dedos. —Pero jamás haces algo sin un buen motivo. Al menos en el 0.001% de las veces.
—...Nunca nadie tuvo tanta fe en mí.
—Para eso están los amigos.
Su celular sonó, Fell lo sacó del bolsillo de su pantalón.
—¿Tu novio?
—Cállate.
—No entiendo porque no quieres pasar la noche en su casa, deberías agradecer que existe otro ser en el mundo que te soporte.
—¡Ya vete a limpiar tus vasitos y deja de ser tan chismoso! —caminó lejos de él, no sin antes escuchar una pequeña risita de clara burla.
Odiabaque tuviera razón. Era un mensaje de Sans que le preguntaba qué estaba haciendo
Otro que empezaba a comportarse extraño, bueno, de por si era extraño pero últimamente estaba siendo más raro de lo usual. Sabía que estaban pasando más tiempo juntos por el tema de que lo estaba vigilando mientras se tomaba la ardua tarea de limpiar su nombre y volver a trabajar sin que su hermano se entere o seguramente el regaño sería abismal.
De por sí ya estaba siendo difícil evitar sus preguntas sobre cómo le iba. Dios, a veces odiaba que fuese tan metiche.
Aunque... se sentía bien. Era algo inusual que alguien se interese en su vida aburrida. No es nada del otro mundo.
Menos mal aquello lo pensó y no lo dijo en voz alta porque cualquier pensaría que es una joven enamorada de secundaria.
Pero...
¿Sans solo quería saber de él por el trato que hicieron, verdad?
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