Décimo noveno

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Al: piensa bien todo, Refugio. Si le amas no tiene sentido que le quieras solo como amigo.

Re: estoy enojada y a la vez decepcionada con el...

Al: es normal pero ese enojo que sientes ahora va a pasar, lo que sucedió es muy reciente, tus heridas están abiertas, date un tiempo y piensa en todo antes de terminar con tu relación. Recuerda que su esposa está ahí, deseando que él vuelva con ella.

Re: no puedo estar pensando en que si le pido un tiempo o termino con él va a volver con su esposa o a rehacer su vida con otra mujer, por que si lo hace, será lo normal, no voy a atormentarme con esa idea, Alondra.

Al: yo solo digo que tu lo amas, en mucho tiempo no te habías dado una oportunidad con nadie, ahora que por fin te volviste a enamorar, ¿vas a acabar con todo?.

Re: quizá sea lo mejor, entiende, no solo estoy tomando la decisión por su desconfianza, la estoy tomando también por su bien, si yo muero, quiero que él ya tenga a otra persona que pueda disepar el dolor de mi perdida, me va a romper el alma, Alondra, me va a partir el corazón, pero lo hago por él, por que a pesar de todo, quiero que sea feliz aunque ya no esté yo...

Después de esa conversación, Alondra se fué con los niños, Atilio también se despidió de su gran amigo y regresó a la habitación para cuidar de Refugio.

At: tienes que cenar, no puedes dejar de alimentarte (viéndo como ella revolvía la comida con su tenedor de un lado para otro).

Re: no tengo mucha hambre pero me lo voy a comer, el bebé necesita nutrientes (llevándo un poco de la comida a su boca, masticó y tragó a pesar de estar un poco asqueada).

At: tu también los necesitas, estuviste un buen rato hablando con Alondra, ¿le contaste todo?.

Re: ¿te refieres a lo de la enfermedad o a otra cosa? (Sin mirarle).

At: lo que te pasa ya se lo contaste, es tu mejor amiga. Me imagino que también has hablado con ella sobre nuestras diferencias, sobre nuestra discusión (el no dejaba de mirarla).

Re: lo hice, ella es buena consejera, nunca me ha fallado y es una hermana para mi.

At: (se acercó para sentarse en el borde de la cama dónde se encontraba y así estar más cerca) entonces, ¿vas a perdonarme por lo que te dije?.

Re: (dejó la bandeja con la comida aún lado y se centró en él) Atilio...Te perdono (el sonrió y quizo celebrarlo dándole un beso, beso que con mucho dolor ella rechazó) no, escúchame, te perdono, perdono que te fiaras de la palabra de mi tía por encima de la mía, perdono todas las palabras hirientes que me dijiste en aquella discusión pero eso no implica que volvamos a ser pareja, he tomado una desición que es irrevocable para mi...no voy a seguir más con esta relación.

At: (abrió la boca sorprendido a la par que incrédulo, no podía creer lo que Refugio le estaba diciendo)...pero...

Re: no, no digas nada, no me vas a hacer cambiar de opinión, es...

At: no es lo mejor (negó lo que sabía que ella diría) no lo és, no entiendo por qué has tomado esa decisión de romper nuestra relación, lo que te dije estuvo mal, horrible pero yo te amo y admití que me equivoqué.

Re: no es por eso, son otras circuntancias las que me llevan a terminar con esto. No quiero que te sientas obligado a ayudarme con lo de mi enfermedad, comprendo que después de lo que te acabo de decir estes dolido y tal vez enojado y no quieras implicarte más en esto, si es así, solo dímelo, lo entenderé...

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