Vigésimo tercer capítulo

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Mientras Priscila se fué a comisaría para poner una denuncia a Atilio por maltrato físico y psícologico, su idea era meterle preso, estaba obsesionada con destruirlo, quería hundirle...

Pr: le estoy diciendo que él me ha golpeado, agente. Tiene que meterle en prisión por maltrato.

Ag: no digo que usted mienta pero antes debemos tomar declaración, usted a entrado irrumpiendo en mi oficina y ni siquiera me ha dicho su nombre.

Pr: mi nombre lo conoce perfectamente, agente, no se haga. La última vez estuvo en mi casa, ¿o ya no lo recuerda?...Cuándo los hermanos de mi ex marido se metieron en la casa, ¿le suena de algo?

Ag: oh, si (recordó) de todas maneras necesito tomarle declaración.

Pr: (resopló enojada)...

_____

Mariela y Elías comían juntos...

Ma: te lo dije, ya han pasado varios meses desde que estamos aquí, le hemos dado tiempo suficiente para que nos buscara y así poder hablar pero al final ocurrió lo que ya me esperaba...no nos quiere, nunca no has querido, somos basura para él.

Eli: me niego a pensar que nuestro hermano no nos quiera, Mariela, somos familia, le hemos echo algunas cosas no han estado bien pero eso no puede rompar nuestros lazos.

Ma: no hicimos nada malo, Elías, el tampoco es un santo.

Eli: le buscaré una última vez, necesito confrontarlo antes de irnos.

Ma: haz lo que quieras, pero te aseguro que no va a querer ni siquiera escucharte.

Eli: no me iré de la casa de esa mujer hasta que Atilio no me escuche...

Refugio se bajó del auto a recoger a Héctor y un poco más adelante Atilio paró para que pudiera ir a por Ángelito, él se quedó cuidando a los niños en el auto pero sin perder de vista a su mujer.

Ju: aquí está tu mamá (le entregó al niño) la semana que viene entregamos las notas, me gustaría que pudieras venir a recogerlas.

Re: si, claro, aquí estaré. ¿Le va bien a Ángelito con las asignaturas?.

Ju: si, su rendimiento a bajado un poco pero nada que no se pueda mejorar con un poco de paciencia.

Re: ah, bueno, pués que tenga un buen día, profesor.

Ju: (soltó una risita) no me llames profesor, Refugio, solo Julían, profesor me dicen mis alumnos y hasta dónde yo se no eres una de ellos, ¿o si?.

Re: (rió) no, ojalá lo fuera por que me encantaría volver a ser niña otra vez pero ya toca aceptar la edad que uno va teniendo, ¿verdad?.

Ju: pues si pero tú te ves muy jóven, te ves muy bien, Refugio (halagó).

Mientras en el auto...

¿Qué es el amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora