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Después de que Alois fue a trabajar, Camilla se quedó sola.

Tan pronto como abrió las ventanas para algo de aire fresco, el miasma se coló. El negro cabello de Camilla se esponjó por la humedad que traía el aire y el viento le hizo dar comezón a su piel.

El miasma es dañino para el cuerpo de las personas. Desde pequeños dolores, piel irritada, cabello con frizz hasta sarpullido. El efecto variaba de acuerdo con la persona.

Mientras más poder mágico posea la persona, más susceptible era a los efectos que lleva consigo el miasma. Es por ello que la irritación que le provocaba a Camilla no era nada comparado con lo que Alois tenía que soportar. El miasma en Grenze era más densa que en otros lugares, por la concentración de manastones.

"Aunque si tomas eso cuenta, es extraño que todos los que viven aquí no se vean feos."

Camilla inclinó su cabeza al observar las calles a través de la ventana.

Esta era otra residencia perteneciente a la familia Montchat, en Grenze, planeaban quedarse por unos cuantos días. Desde su nueva habitación, todos en la ciudad, no parecía que les molestara el miasma.

La mansión principal en el sur fue construida en una montaña muy lejos de la ciudad, a diferencia de la de Grenze, que estaba prácticamente en el centro de la ciudad. Por ello, el jardín no era tan extenso.

A Camilla se le asignó una habitación en el segundo piso. A pesar de la distancia, aún podía distinguir las caras de las personas que transitaban por el pavimento, incluso escuchar partes de las conversaciones.

Mientras miraba la calle y a las personas para evitar aburrirse, tuvo una preocupación al observarlos.

Todas las personas que pasaban por las aceras parecían tener una hermosa y bronceada piel. Los únicos que parecían tener problemas con su piel eran jóvenes comerciantes extranjeros, que parecían nuevos en el negocio.

A pesar de que Mohnton tiene un comercio floreciente, no era un agradable destino. Esta sombría tierra donde solo los comerciantes se atrevían a recorrer, era fuente de historias en la capital.

Por ejemplo, que cada persona que habita allí tiene una cara tan desagradable como la de Alois; que si tu piel es expuesta al miasma, se enrojecería y se llenaría de llagas; o que cada persona que regresa de Mohnton casi adopta una apariencia de sapo.

Debido a que Alois era el único representante de Mohnton que varios vieron en la capital, los prejuicios solo aumentaron. Camilla no creía completamente en los rumores, pero pensó que tenían algo de verdad.

Por eso la realidad le pareció desconcertante.

"¿Por qué él es el único que tiene una piel tan maltratada?"

¿Se debía a su poder mágico o tenía una piel muy delicada? ¿Existe otra razón? Él no es alguien que hable mucho sobre sí.

Para Camilla, quien intentaba convertirlo en un hombre que se adaptara a sus gustos, parecía un camino increíblemente difícil frente a ella. Ya sea su maltratada piel o su exceso de peso, ella aún no logra ningún progreso.

"Él no se ejercitará, no reducirá su número de comidas, continúa comiendo platos grasosos y muy dulces..."

Incluso aunque logró sacarlo de su casa, aún se encuentran dentro del territorio. No importa cuánto se esfuerce, Alois no cedía. Cada idea ha fracasado.

"¿Por qué no va acorde al plan?"

Sin saber la respuesta a su pregunta, suspiró. Mirando el piso trató de rendirse, pero dejó esa idea de lado.