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Al final, Alois casi no reprendió a Nicole, ni siquiera le preguntó el porqué ella estaba en ese lugar. Después de cierto tiempo, dejó que ella dejara el almacén junto a Camilla.

Mientras estaban juntas afuera, Camilla le dijo a Nicole, quien tenía su rostro tan pálido como el de un fantasma, que podía retirarse y tomar un descanso. Así que se quedó sola frente a la habitación por bastante tiempo, pero Alois nunca salió.

Después de ese día, la antigua dieta de Alois regresó.

No, era incluso peor que antes.

Parecía que buscaba consuelo comiendo sin restricción.

○○○

—¡Lord Alois! ¡¿Cómo puede volver a comer esta cantidad?!

Era unos días después, durante la fiesta de té matutina; Camilla ya ni recordaba cuántas veces había repetido las mismas palabras.

—¡¿Ya se rindió en perder peso?! ¡¿Cuánto más está planeando comer?!

Ante el grito de Camilla, las manos de Alois se detuvieron en llevar comida a su boca como si se hubiera asustado. En su lugar, tomó pequeños postres.

Los agarró de una canasta llena de dulces horneados, entre ellos se encontraban pequeños cupcakes; diminutas donas espolvoreadas con azúcar; redondas tajadas de bizcocho de mantequilla decoradas con almendras; y galletas coloridas con bastante glaseado.

¿Ese glaseado era parte de un malvado plan del chef? Ni siquiera Camilla podía resistirse a esas galletas que tenían la decoración hecha de glaseado con forma de bellas flores rojas o azules.

Sin embargo, se lamentó tras darle una mordida. En lugar de ser solo 'dulce', ¿sería mejor decir que estaba masticando azúcar pura?

Luego de haber probado uno de esos postres, le causó mayor preocupación por la salud de Alois

Mientras Camilla estaba concentrada pensando, Alois comía aún más que antes esas galletas, todo lo contrario a ella que no volvía a dar otro bocado.

Esta situación no es solo por este día, sino desde aquel accidente en el que Nicole rompió ese plato.

Incapaz de seguir viendo esa escena, Camilla trató de hacer que se detuviera en ese accionar, aunque al parecer sus palabras cayeron en saco roto. Casi como cuando recién había llegado a la mansión. A pesar de todo, Alois por momentos regresaba a la normalidad, para volver a sumergirse en sus pensamientos y comer aún más que antes.

—L-Lo siento, Camilla, es solo que últimamente... Yo...

Él dejó la galleta que sostenía de regreso a su canasta. Casi sintió como el aire escapaba del cuerpo de Alois mientras este se inclinaba.

—Traté de ser cuidadoso...

—Dijiste lo mismo ayer.

Al mirarlo, él dejó caer sus hombros aún más. Poco después, inconscientemente movió su mano hacia la galleta que había dejado.

—¡Lord Alois!

—¡¿Sí?!

Ante el grito, Alois se detuvo.

Camilla sentía como si estuviera a cargo de un niño.

—¿Qué te está pasando? ¿Esa cosa era muy importante para tí?

Cuando se rompió, él mencionó algo así como 'el plato de mi padre' mientras sostenía algunos pedazos. Su padre ya falleció, así que eso podría ser algún tipo de recuerdo.

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