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La hija del conde Storm, Camilla Storm, es una mujer terrible.

Le ha causado un montón de dificultades a la hija de un barón, Liselotte. Haciendo uso de tácticas ha engatusado a varios inocentes. Una vez que ha puesto sus garras en ti, nunca te dejará escapar. El primero que tuvo comiendo de su mano fue el Primer Príncipe Eckhart, luego fue tras el Príncipe Julian.

Todos en Mohnton, que sin querer han tenido que recibir a Camilla, deben ser extremadamente cuidadosos.

Pero el Duque del lugar, Alois Montchat, ya ha caído en su intrincada trampa.

¿Él se rindió en pelear contra ella por el miedo? ¿O realmente ha sido atrapado por esa mujer exiliada?

En cualquier caso, el duque ahora está bajo el control de Camilla. El que en algún momento fue un duque indulgente ha despedido a criadas por razones triviales. Además le ha dado sus puestos a personas no capacitadas. Por supuesto, Camilla es la que estaba detrás de todo eso.

Después de tomar control total de Mohnton, corren los rumores de que su siguiente plan es regresar a la capital y seguir aumentando su poder.

Los sirvientes de la mansión se han mantenido lo más alejados posibles de ella, por miedo a ser víctimas de su ira.

Especialmente cuando no estaba de buen humor.

Todos los trabajadores se quedaron petrificados al saber que había hecho un berrinche porque dejaron caer su sombrero y las despidieron por eso.

○○○

Han pasado cuatro meses desde su llegada a Mohnton.

Hoy, Camilla no estaba de buen humor.

Y no era en definitiva por la razón antes mencionada.

Sino porque su piel se estaba volviendo más áspera últimamente.

Esto se debía a los pantanos, no por lo cálido y húmedo del aire. El sol no es tan fuerte aquí, es incluso más gentil con la piel que en la capital.

Sin embargo, el problema de Mohnton es el miasma.

Camilla no tenía gran poder mágico, por eso no le afectaba tanto. En sí, casi ni lo notó cuando llegó a Mohnton. La primera vez que realmente sintió los efectos fue cuando visitó Grenze, una ciudad minera de manastones. Ahí la gran cantidad de miasma le dio cierta comezón.

Pero aunque se quedó medio mes en la capital, la piel de Camilla seguía bella y brillante. Efectivamente, si se hubiera expuesto sin protección a esos vientos húmedos estaría en problemas. Sin embargo, ella cuidaba con dedicación su cuerpo todos los días. Se lavaba con jabón, usaba cremas hechas a base de hierbas y leche, y se rociaba una esencia de oliva. Mientras siguiera con esa rutina, no le afectaría el miasma. O al menos, eso es lo que pensó.

Después de un tiempo, notó que había cambios negativos en su piel a pesar de todo el esfuerzo que hizo para protegerla. De alguna manera, a pesar de la humedad, su cutis se estaba resecando. Le empezaba a picar los antebrazos y gemelos. Y el otro día, encontró una espinilla en su mejilla.

Esto le preocupó bastante.

Debe ser por culpa del miasma que venía a la capital de Mohnton desde el mes pasado.

Esta ciudad no se encuentra cerca de ningún lugar minero, es por ello que el miasma no solía ser fuerte. ¿Se debía a los cambios en los vientos? ¿O al clima? Nadie lo sabía.

Lo único que tenía claro Camilla era que si seguía concentrándose ese nivel de miasma, su piel sufriría aún más daños.

En el caso de las personas con gran poder mágico, el control que tienen sobre su propio poder se debilita.

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