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—Oi, vieja señorita malvada. ¿Ya te estás yendo a casa?

Era casi medianoche. Sería una gran conmoción si se quedaban esa noche sin decirle a nadie, así que decidieron irse luego de despedirse de la anciana. Pero, fue cuando escucharon esa voz llamando a Camilla quien seguía los pasos de Alois.

—¡¿A quién llamas vieja?!

Camilla volteó con ceño fruncido dispuesta a enfrentarse a quien le haya dicho eso.

Al final del pasillo estaba Rolf, quien parecía que algo le molestaba o eso se veía en su expresión. Su oscuro cabello dorado brillaba con la luz del candelabro. La llama de las velas parecían agitarse en sus ojos.

—Tú, tú eres esa mujer de los rumores, ¿cierto? ¿Es verdad que molestaste a la chica que el Príncipe amaba?

—¿Já?

—¿Es verdad que te casarás con Lord Alois como castigo?

—¿Realmente crees esos rumores? ¡Son mentiras, mentiras!

"La mayoría son mentiras, pero se complicaría si dijera 'este y ese son verdad'."

Rolf al escucharla sonrió.

—Seh, quizá tienes razón. Los rumores dicen que eres tan inteligente que lograste engañar al Rey y al Primer Príncipe con tus encantos. ¡Pero eres tonta, lenta y solo dices cosas malas!

—¡¿Te estás burlando de mí?!

Camilla se enojó al escuchar tantos insultos cuando se estaba yendo. Las palabras de Rolf calaron en su corazón que aún guardaba cierta molestia.

—¡Ahh, la señora malvada se molestó! ¡Ahora esparcirá malos rumores sobre mí!

—¡No haré algo como eso! ¡T-Tú niño malo!

Quería darle un pequeño golpe en la cabeza, pero Rolf logró eludir su mano, mientras le sonreía.

—Eres realmente mala, no te conviene Alois para nada, ¿huh?

Rolf cruzó sus manos detrás de su cabeza mientras se reía al ver que Camilla trataba de alcanzar sus mejillas.

Cuando logró alcanzarlo, una fría brisa corrió desde la puerta abierta, esta despeinó el cabello del niño.

—Así que, tú sabes si Alois decide que ya no le gustas más, puedes volver aquí de nuevo...¡Como eres una mujer malvada, es obvio que la gente te odiará algún día, ¿no crees?!

Después de decir eso, Rolf trató de arreglar su cabello que había sido despeinado por el viento.

—¡Chau! —gritó y desapareció en la oscuridad de la casa.

○○○

La mañana siguiente.

Un rumor corría entre los sirvientes, que Alois había traído solo a Camilla de vuelta en medio de la noche.

Junto a esos rumores, también se esparcía sobre lo la escena de ayer en la tarde.

La villana de los periódicos hizo llorar a una criada, después de su incontrolable berrinche se aventuró a la ciudad, se vió envuelta en un problema en medio de la noche y tuvo que ser traída de vuelta por el mismo Maestro...Ese era el tipo de cuchicheos que se escuchaban.

Esa historia era tan diferente a la realidad, es como si se hubiera transformado. De alguna manera, este tipo de situación le era familiar.

"¡Nada ha cambiado desde ayer...!"

Alois difícilmente podía bajar todos los kilos de más en un solo día, y la forma que los demás la veían también era casi imposible que cambiara en una noche. Aunque los sirvientes de la mansión la trataban con una cortesía muy profesional, sus ojos eran de desprecio. Añadiendo lo que ocurrió el día anterior, sus miradas eran aún más feroces que antes.

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