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La cena era un pequeño caos.

Todos los niños se sentaron en la larga mesa del comedor.

Antes de que estén reunidos en la mesa, Alois y Camilla habían servido la sopa caliente y un pedazo de pan a cada uno. En medio de todo había un plato parecido a un omelette, adornado con col y frijoles fritos.

Pero, ya no se podía ver ni el rastro del plato.

Incluso después de haber cocinado y servido, Alois y Camilla seguían muy ocupados.

—Puaj, odio las zanahorias.

—¡No seas caprichoso! ¡Son sólo pequeñas porciones, pásalo sin masticar!

Camilla regañó al niño que trataba de botar sus zanahorias del plato. Sin embargo, el pequeño realmente odiaba las zanahorias y gritó '¡No!' manteniendo su posición.

Estaba a punto de continuar hablando cuando unas voces se escucharon fuertes detrás de ella.

—¡Se caaaaaayyóóóóó!

Al voltear a ver al dueño de la voz vio a Alois yendo lo más rápido posible que su cuerpo le permitía. Mientras Camilla miraba a su alrededor, observó a un niño tomando el plato de la niña que estaba a su lado.

—¡Ahhh! ¡Él tomó mi paaaaaaaaann!

—¡Yo no fui!

—¡Fuiste tú, fuiste tú! ¡Yo te ví!

Al oírlo Camilla se apresuró a regañar al niño. Pero, antes de que ella pudiera llegar, el niño se comió todo el pan que había tomado, y se hizo el desentendido.

—No sé de qué hablas. No tengo ningún pan.

Trató de dar una excusa mientras intentaba ocultar el sonido de las mascadas que daba, la pequeña rompió en llanto.

—¡¿Por qué estás haciendo llorar a tu hermana pequeña?!

Camilla le dio un pequeño coscorrón en la frente al niño. Sin embargo, a él no le importó eso.

—¿Por qué tengo que ser bueno con ella? ¿Solo porque 'es mi hermana'? ¿O porque es menor que yo? ¡Quiero una razón, dame una razón!

—Una razón dices...

Camilla tomó las mejillas del niño con sus dos manos fuertemente. Viéndola sonreír en frente de él, el niño se sintió un poco asustado.

—El hermano mayor que molesta a su hermana menor no debería quejarse si es molestado, ¿cierto?

El niño miró hacia arriba. Incluso si él habló con mucha confianza, seguía siendo pequeño comparado a Camilla, a quien veía como un temible gigante. Sus hombros se tensaron y trataron de alejarla.

—Ahora, si has entendido, apúrate y discúlpate apropiadamente. No molestaré a un niño que sabe pedir perdón. A partir de ahora no tomes comida sin pedir permiso, ¿entendido?

—...Lo shieento.

El niño sollozó y se volteó a pedir permiso a la más pequeña. Mientras lo hacía, otro ruido se escuchaba desde un lugar diferente.

Camilla volteó a mirar la fuente del problema y se encontró con los ojos de Alois que la miraban. Pero fue una mirada fugaz, pues Alois tenía que ir a atender al niño que gritaba al otro lado de la mesa.

○○○

El sonido de los platos y ollas apilándose una tras otra junto al del agua corriendo se escuchaba por toda la cocina.

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