—¡¿Qué te dije?! ¡No hagas hervir la leche! ¡Se va a cuajar!
—¡Lo apagué en el último segundo! ¡Aún no ha hervido!
—¡Eso es solo porque te avisé! ¡Lo malograste espectacularmente la última vez, ¿no lo recuerdas?!
—¡¡Yo lo detuve porque me dí cuenta, no tuviste nada que ver!!
—¡¿Es así?! ¡¿Qué demonios está mal contigo?! ¡¡Actuando como si fueras la dueña del lugar todo el maldito tiempo!!
—¡¡Tú, qué insolente...!!
Esa tarde, después de un atareado almuerzo, los cocineros dejaron el lugar. A pesar de que la cocina suele estar silenciosa, hoy era aún más ruidosa que el propio almuerzo.
Llevando su pesado cuerpo hacia el comedor siguiendo el eco del sótano, Alois se encontraba intrigado por lo que pueda estar sucediendo allí.
Ambas voces que peleaban sin cesar eran familiares para él. Una de ellas le pertenecía a Günter, el chef que ha trabajado para él desde hace varios años. Y la otra persona era...
—...¿Camilla? ¿Qué estás haciendo aquí?
—Ahh, ¡Lord Alois! ¡Justo a tiempo!
Tan pronto como la nombró, Camilla rápidamente volteó hacia él.
—¡Por favor espera aquí un momento! —Le dijo así, tomando dos platos de la alacena. Y sin dar ni un segundo a Alois para que realice sus preguntas sobre la situación, empezó a verter algo en ellos.
—...¿Gachas de avena?
Observando a lo lejos, Alois pudo ver en la estufa dos vasijas y dos sartenes hondas. Él la veía usando un cucharón para servir una masa blanca espesa y grumosa.
¿Qué estaba pasando? Alois no tenía la menor idea.
Era cerca de la hora que Günter preparaba los bocadillos de Alois. Bueno, aunque se le da ese nombre, para los estándares de los demás se le podía considerar una comida completa. Pero es un dato irrelevante.
Uno de los gustos secretos de Alois es comer esos bocadillos en la cocina antes de que le sean 'servidos apropiadamente'.
Se había convertido en una rutina que realmente disfrutaba, al saber esto, Günter siempre se aseguraba de que la cocina estuviera tranquila y lista para sus visitas secretas.
Por ello le había sido muy extraño el ruido. Por supuesto, todo se debía a Camilla.
¿Qué estaba haciendo ella ahí?
Se preguntaba mientras miraba a su alrededor. Parecía que alguien había estado usando la cubierta de la cocina. Había diferentes ingredientes cortados de diversas formas, bolsas de harina a medio usar. También gotas y manchas de leche. Es como si nadie hubiera tenido tiempo de limpiar.
La superficie de la estufa estaba sucia, signos de alguien casi sin experiencia y no muy bueno cocinando. Eso era tan diferente del elegante y limpio modo de cocinar de Günter. Siempre dejaba todo ordenado y reluciente; por ejemplo, para el momento en el que el último plato ha sido llevado a dar los toques finales, él tenía todo arreglado como si nada hubiera pasado.
Camilla le puso los dos platos frente a un confundido Alois.
Él podía oler el gentil aroma de la leche del vapor que surgía de ellos, lo hacía pensar en su agradable sabor. Ambos parecían ser gachas de avena y era muy complicado ver la diferencia. Sin embargo, por alguna razón fueron preparados en dos sartenes diferentes.

ESTÁS LEYENDO
LVQQSEA
Fantasía"La villana quiere que su esposo adelgace" Creo que para alguno(a)(s) se les hará conocido el nombre de Camilla o Alois, ya saben la hija de un conde, la "villana" y el duque. Intriga y por momentos desesperación. Más información en la primera hoja...