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Park Jimin salía del aula moderadamente vacía

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Park Jimin salía del aula moderadamente vacía. Aquel día habían perdido dos clases debido a que una profesora había faltado, asíque tenían la opción de retirarse o quedarse. 

El omega, como todo un chico aplicado, decidió quedarse para adelantar las tareas que les habían dejado ese mismo día. Una vez terminó, se dispuso a salir y a buscar a su mejor amigo para irse juntos a casa del mayor.

Pasó tranquilamente disfrutando de la soledad y el silencio en el apartado lugar, bajó las escaleras hasta el segundo piso mientras acomodaba sus hojas entre sus manos intentando que no cayeran de su cuaderno.

Pero antes de que pudiera percatarse, chocó contra alguien, y debido a su poca fuerza las cosas resbalaron de sus manos.

—¡Oh! ¡No sabes cuánto lo siento! —El omega levantó la mirada hacia la mujer que estaba parada delante de él y que había exclamado esas palabras, una alfa.

—JiYoon noona, lo siento, no vi por dónde iba.

—Sí me di cuenta, lindo Jiminnie —sonríe de lado caminando un poco hasta posarse encima de sus trabajos aún en el suelo—. Deberías prestar más atención en tu camino y con la clase de alfas con los que te topas.

—N-Noona, mi tarea, por favor no lo haga —el rubio apretó sus labios, estaba completamente inmóvil, no quería que esa chica le hiciera daño.

—¿Crees que alguien como yo debería hacerle caso a un omega tan dañado y asqueroso como tú? —Mustia con superioridad arrastrando su trabajo por el suelo—. Toda tu existencia es un completo error, no entiendo en qué te esfuerzas tanto por sobresalir.

—No trato de sobresalir —sus palabras fueron interrumpidas cuando recibió una bofetada en una de sus mejillas, que le obligó a mirar hacia otro lado.

—No me contradigas, ¿me estás contradiciendo? ¿Mh? —Los ojos de Park estaban abiertos con pesadez, sintiendo que lloraría en cualquier momento, no quería estar allí.

El dolor se expandió por su piel, aquel picor horroroso, un nudo en la garganta que le impedía responder y su respiración comenzaba a agitarse por el agrio miedo.

—¡Hey, tú! —Aunque aquella voz siempre sería su salvación.

A lo lejos, subiendo desde el primer piso, apareció YoonGi corriendo en la dirección de ambos, deteniéndose una vez estuvo a su lado, dejando al pequeño omega detrás suyo.

—Min YoonGi, te he estado buscando. Quería preguntarte si querías salir conmigo hoy, ¿estás libre? —La muchacha dejó una de sus manos apoyada en su cadera mientras observaba al lindo chico frente a ella con coquetería.

El pelirrojo no dijo absolutamente nada, solo se acercó unos pasos hasta que estuvo cerca. Peligrosamente cerca según Jimin, quien apartó de inmediato la mirada cuando sintió la incomodidad inundarle.

Y aunque la joven creyó que otra cosa ocurriría, pronto sintió como su cabello era jalado hacia atrás con una increíble fuerza.

—¡¿Qué mierda?!

—¿Cómo se te ocurre abofetear a un omega? —Gruñó—, lo estabas molestando y encima tienes la cara para invitarme a salir.

¡Sueltame! —Exclamó utilizando su voz de alfa, sin embargo, el menor nunca flaqueó su agarre.

—No creas que por ser una mujer no dudaría en golpearte porque solo eres una alfa que utiliza su poder contra los más indefensos. Asíque vete y nunca vuelvas a cruzarte en nuestro camino, porque entonces no dudaría en demostrarte hasta donde soy capaz de llegar —finalizando, YoonGi soltó su cabello mientras destabilizaba a la contraria, observando con una frialdad inmensa a su persona. Asco, mucho asco.

JiYoon nunca hubiera desistido de la discusión si no fuera por la horrible humillación que acababa de tener; un joven cachorro que aún no se presentaba acababa de ejercer poder sobre ella, una alfa, y su lobo estaba demasiado avergonzado como para combatir. Simplemente se dio la vuelta y corrió hasta desaparecer de la vista de ambos.

—Jimin-ah, ¿estás bien? —Preguntó, volteando hacia el chico que se había mantenido inmóvil.

—¡Hyung! —Corrió a abrazarlo—, gracias por aparecer siempre que lo necesito.

—No es nada, ¿te duele? —Acarició su mejilla con cuidado, tenía un leve color rojizo.

—Estoy bien.

—Ven, te ayudo —Min levantó sus cosas del suelo—. ¿Qué era esto?

—Mis tareas, había adelantado lo que nos dieron hoy.

—Ah, ¿asíque hiciste tus tareas sin mí? Eres un tramposo —reclamó con recelo.

—Calla.

—Ven, vamos a mi casa y ahí podremos hacer las tareas sin molestas presencias —el mayor le tendió su mano y luego de breves segundos, el omega la aceptó, comenzando a caminar hacia las escaleras para finalmente retirarse.


—Ven, vamos a mi casa y ahí podremos hacer las tareas sin molestas presencias —el mayor le tendió su mano y luego de breves segundos, el omega la aceptó, comenzando a caminar hacia las escaleras para finalmente retirarse

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Yo Soy Alfa [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora