Yo Soy Alfa [YoonMin]

18

Un pequeño rubio se encuentra entre los pasillos de la institución. Un poco solitaria, ya que las clases habían acabado y aquella hora era exclusivamente para los talleres y clubes que brindaba el colegio. Algunos podrían estar en fútbol, otros en la biblioteca, también había taekwondo.

Por su puesto que su hyung se encontraba en básquetbol.

Él había estado acompañándolo hasta que recordó el haberse olvidado uno de sus libros en su propio casillero. Por lo que salió de la cancha y volvió a la escuela, buscando su objeto perdido y aprovechando a comprar algo en la cafetería para pasar los minutos. Un jugo y unos sándwiches para compartir después con YoonGi sonaba bien.

Todo era bastante tranquilo, tuvo que hacer un par de malabares entre el jugo, su libro y la comida. Pero lo logró exitosamente aunque no llevara su mochila con él.

Pero en un momento pierde todo equilibrio cuando siente que es bruscamente empujado desde su espalda. No puede evitar que sus cosas caigan, y su primer reflejo es apoyar sus manos contra el suelo antes de dar con su rostro.

Las risas chillantes le hizo percatarse que eran mujeres. Dos.

Pudo comprobarlo al darse la vuelta y efectivamente ver a una omega y una beta con sonrisas maliciosas. Y entonces recordó las palabras que YoonGi había mencionado:

"Si te molestan, si están por decirte o hacerte algo malo, si llegan a tocarte...entonces debes defenderte si no estoy cerca. Inténtalo. Golpea, grita, llama la atención."

Jimin no era fan de golpear mujeres, pero quizás sería la primera vez que lo haría si sus sospechas crecían. No le serviría de nada gritar estando en un pasillo completamente vacío.

—Vas a obedecernos, queremos llegar a la cancha antes de que termine el partido.

—¿Qué quieren de mí? —Gruñó, mostrándose amenazante, y tomando su cuaderno para sentir más seguridad mientras intentaba levantarse. Pero él nunca imaginó que una beta pudiera llegar a golpear con tanta fuerza.

Justo en su mejilla y probablemente rozando su nariz.

Aquello le dejó muy aturdido, demasiado como para ver hacia dónde era empujado. Pero era demasiado tarde cuando vio cómo una puerta se cerraba en frente suyo y el sonido de unas llaves evitando su escape.

—¡Oigan! ¡¿Qué creen que hacen?! —Intentó gritar mientras golpeaba con insistencia, solamente recibiendo a cambio unas risillas cómplices.

—YoonGi siempre está contigo, casi no se despega de tu lado. Pero, ¿qué sucede si su mejor amigo desaparece? Es obvio que pensará que te fuiste a casa, asíque es nuestro tiempo con él. Quizás vengamos a sacarte en unas horas antes de que cierre la escuela, quizás alguien te saque antes o quizás te quedes toda la noche aquí. Cualquier cosa, ¡pónte cómodo!

—¡Déjenme salir! —Su grito quebrado fue el último intento que tuvo Jimin de pedir ayuda, escuchó las voces y pasos alejarse probablemente corriendo. Sus manos temblaron de tan solo imaginar el tiempo que pasaría ahí, de pensar en su hyung.