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Ese día, Jimin había estado en su casa preparándose con esmero

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Ese día, Jimin había estado en su casa preparándose con esmero. Tener una cita con el alfa al cual estaba conociendo en su hogar no era poca cosa, por lo que utilizó de sus mejores ropas. Peinó sus cabellos rosas y se maquilló naturalmente, después de todo, aún no era muy conocedor de los cosméticos. Empacó un pequeño bolso con sus llaves, celular y un poco de dinero; también, decidió hacerle caso a sus amigos y puso su caja de supresores en caso de emergencia.

No pudo evitar ser bombardeado por las preguntas de sus madres cuando se tuvo que despedir de ellas, recibió algunos: "YoonGi ya se había tardado" "ya era hora que salieran juntos" y el muy típico que no volviera muy tarde o avisara si se quedaba a dormir.

Dentro del taxi hacia la dirección, no pudo evitar pensar en lo que todos siempre le decían. Siempre era YoonGi, siempre había sido YoonGi en todos los años de amistad que llevaban y dentro de su corazón aún lo era. Nunca había sido su intención lastimarlo, por una vez en su vida había decidido experimentar algo ajeno lo que conocía, saber qué se sentiría tener un destinado.

JongHyun fue muy amable con él cuando llegó, pagó su taxi y lo invitó a pasar, ofreciéndole bebidas y comidas de todo tipo antes de sentarse a ver una película en el gran sofá de la sala. El chico estaba mucho más acomodado de lo que creyó, aunque su vehículo debió haberle dado un indicio de su dinero. Aún así, Jimin solo sonrió, agradecido por las atenciones.

Dejando su mochila en el perchero, solo toma su celular para notificarle a sus amigos qué tal iba surgiendo todo.

La película resultó ser The Notebook, y aunque era una de sus películas favoritas, Park tuerce sus labios cuando observa a la persona a su lado. Adoraba verla junto a YoonGi porque le encantaba su reacción quisquillosa de odiar esa clase de películas, pero al final cuando el omega terminaba llorando, Min también lo hacía mientras le decía que era un idiota. Quizás deba decirle a Min para juntarse pronto a ver una película, compartir tiempo juntos.

Después de un rato iniciada, el alfa comienza a dejar suaves caricias en su cabellera, su mano bajando por su rostro lentamente hasta que lo toma por la barbilla, captando ahora toda la atención de Park solo en él. Ambos se funden en un beso, lo suficientemente tranquilo como para que Jimin suelte un suspiro entre sus labios, pero después de un momento, el deseo comienza a ser más claro. Las manos de JongHyun bajan hasta su cintura, apretándola y llevando su cuerpo hasta que queda recostado bajo el gran alfa.

El omega se separa jadeante cuando un dolor en su vientre comienza a ser insistente, sintiendo los besos del contrario comenzar a bajar por su cuello. Rápidamente niega cuando el sudor comienza a hacerlo sentirse afiebrado.

—No...no, espera un momento Jong —habla, buscando que su voz suene lo menos temblorosa posible mientras empuja el pecho de Lee, pero ni siquiera lo escucha—, JongHyun, ¡aléjate! —Riñe más fuerte, tratando de separarse, su propio lobo se altera por la cercanía aunque estuviera entrando en celo—. ¡Imbécil! —Grita finalmente, dando un golpe certero justo en su entrepierna con su rodilla, y utiliza su codo con parte del peso de su cuerpo para arrojarlo del sofá.

—¡Puta mierda! —Exclama el alfa adolorido, retorciéndose en el suelo. Jimin rápidamente corre hacia su bolso, buscando la caja de emergencia que tenía allí.

—¡¿Qué te sucede?! —Le reclama entonces—, ¡te dije que te detuvieras! Esa mierda no hacen los destinados —el peli-rosa está furioso, calzando sus zapatos después de tragarse una de las pastillas de manera inmediata, sabe que tardan en hacer un poco de efecto pero cree que el enojo es suficiente por el momento. Pero una risa burlesca suena a sus espaldas antes de tomar su abrigo.

—He conocido omegas estúpidos, pero nunca uno tanto como tú, Jiminnie —el hombre intenta erguirse en su lugar, pero está claro que el dolor permanece en sus zonas que le imposibilita pararse normalmente—, está claro que no soy una mierda tu destinado, solo reacciono a la necesidad de un omega en celo —dice, la sonrisa no se borra de su cara—. Un omega bonito para follar una vez, ¿para qué querría yo una pareja sin aroma que tampoco me asegurará cachorros? Quizás también tienes la inteligencia de un beta con lo sencillo que fue esto, cariño.

—¡Púdrete! —Grita entonces, y aprovechando la proximidad, Jimin le lanza un puñetazo justo en su rostro, en su nariz asquerosamente perfecta que espera haber reventado. Una vez lo ve retroceder, decide utilizar uno de los últimos golpes que TaeHyung le enseñó en sus entrenamientos; la patada va certeramente al estómago, terminando de derribar al alfa—. ¡Vete a la mierda, hijo de puta! —Es lo último que dice antes de tomar sus cosas y azotar la puerta de la casa una vez está fuera.

La adrenalina se mantiene a flor de piel en su cuerpo mientras camina ya en el atardecer del día, pero mientras más se aleja de la residencia, los sucesos comienzan a afectarle hasta que no puede evitar quebrar en llanto. Está seguro que el celo puede estar afectándolo más, pero nada cambia lo idiota y usado que se siente.

Apenas logra sentarse en los escalones de una tienda ya cerrada mientras saca su celular para escribir rápidamente un mensaje con sus dedos temblorosos, no sabe si es el llanto o el frío que cala sus huesos.

Se abraza a sí mismo como nunca antes, porque por primera vez logra comprender que solo puede tenerse a sí mismo y debe aprender a confiar en él.

Se siente un idiota porque muy en el fondo él sabía que nunca podría enamorarse de ese alfa, porque sabe que cuando conoces a tu destinado existe una conexión inmediata que no es posible ignorar. Pero él decidió ignorar todo solo buscando por primera vez una felicidad ciega, porque solo tuvo que haber extendido su mano hacia la derecha, y allí estaría la única persona que siempre lo apoyaría en todo.

Solo cinco minutos después, un auto se detiene frente a él, y del asiento del co-piloto se baja la única persona a la que quería ver en ese momento.

—¡Jimin! —Grita el pelirrojo, llegando a su lado rápidamente, hincándose frente a él—. Dios, ¿qué te pasó? ¿Estas herido? ¿Alguien te hizo algo? —Los pequeños ojos rojizos pronto lo observan, y no puede evitar que más lágrimas salgan de sus ojos mientras ríe, mierda, realmente siempre había estado frente a él.

—E-Estoy bien, hyung, solo- ¿podemos ir a tu casa?

—Sí, Minnie, claro —asiente, y toma las manos del omega para ayudarlo a levantarse. Lo abraza por la cintura, pegándolo a su cuerpo, mientras lo lleva hacia el auto. Jimin suspira a salvo en los brazos del alfa, olvidando el frío y cualquier cosa que pudiera atormentarlo, dejando que el aroma a arándanos y chocolate amargo inunden sus pulmones.

Sí, así se sentía estar en casa.

Sí, así se sentía estar en casa

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Yo Soy Alfa [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora