Yo Soy Alfa [YoonMin]

12

Era la hora del almuerzo donde ambos se mantenían en silencio, y era en realmente silencio, paz y tranquilidad.

Estaban en una de las mesas de la cafetería y ninguno de los idiotas de siempre habían aparecido para molestar, ni al mayor, ni al menor. Jimin era completamente cubierto de las miradas curiosas de los demás por la gran contextura que ahora tenía Min frente a él.

Aquella camisa blanca ahora le quedaba demasiado apretada a su cuerpo, sus brazos se marcaban por completo, haciéndole tragar en seco cada que los flexionaba para llevar el tenedor a sus labios. Sí, aquellos rosas y finos labios completamente enloquecedores para él.

—Jimin-ah, ¿me estás escuchando? —Fue entonces que la voz del contrario lo sacó de su mundo. Aquella voz tonos más gruesa y grave que antes, sintió un escalofrío al escucharlo decir su nombre.

¿Qué rayos le pasaba a su cuerpo? Él sabía que YoonGi le gustaba, pero nunca había reaccionado de esa manera antes.

—¡Jimin!

—Y-Yo, sí, digo no, ¿qué pasa, hyung?

—¿Estás bien? Hoy andas muy distraído.

—Sí, perdona, ¿qué habías preguntado? —El rubio aparta su mirada del cuerpo del ahora alfa, concentrándose en acabar su comida.

—Te preguntaba si voy a tu casa después de clases. —Y Park entonces entró en pánico, apretando los cubiertos en sus manos. Su lobo en su interior realmente estaba alterado e inquieto, quizás demasiado emocionado con la presentación del alfa de YoonGi, y todas sus emociones repercutían en él como consecuencia.

—Uh, no lo sé, ¿tus padres te han dejado? Quizás tienen algo importante que hacer.

—Siempre me dejan ir a tu casa, Minnie, si nos dejan tarea podemos hacerla y sino jugar a las carreras o algo en lo que sea sencillo ganarte —el omega rió ante aquellas palabras, bebiendo de su jugo de naranja.

Como si justo en aquel momento fuera conveniente que el pelirrojo desabotonara los dos primeros botones de su camisa, dejando varios centímetros de su pálido y fuerte pecho a la vista. 

Jimin entonces odió haberse atragantado y escupir la bebida.

—¡Hey, Minnie! ¿Estás bien? —Intenta ayudarlo, dándole palmadas en la espalda intentando que el menor dejara de toser tan fuerte. El rubio lo maldecía en su propia mente, parecía como si todo lo hiciera a propósito.

—E-Estoy bien.

Jimin tuvo que resguardar con todas sus fuerzas el añadir que debería cubrirse, pues muchas omegas ahora lo estaban observando como si fuera un trozo de carne, y Park sentía que hervía de los celos mientras ellas eran poco disimuladas en hablar del nuevo y atractivo alfa.

Pero él realmente no podía reclamarle nada a su...mejor amigo.